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De ninguna manera. No podía perder el ViveMenorca ayer tarde en Maó el partido más importante de la temporada desde su regreso a la LEB. Y claro, no lo hizo porque es prácticamente imposible hacerlo cuando se conjugan dos hechos que descansan sobre una verdad científica: la calidad de una plantilla proyectada para ascender, y el apoyo de una afición enfervorizada, apasionada, entusiasta y comprometida. Como consecuencia, llegó el triunfo (66-61) que apeó al bravo La Laguna, y el retorno a la máxima categoría aparece más próximo que nunca si el Burgos no lo impide. Ayer, el Pavelló desprendía ya un acusado olor a ACB.

Nueva variante la que presentó Paco Olmos de salida con Turner sobre Donaldson regresando Víctor a su posición de alero para emparejarse con Rost mientras Umeh repetía sobre el base Urreizti y Caio, titular, tomaba a Guillén. Tan tenso era el partido que el marcador apenas se movió en los cinco primeros minutos (4-4). Turner, empleado en defender a su par, desapareció en el aro rival pero además Donaldson fue quien mantuvo a su equipo en la lucha junto al efectivo Nacho Yáñez, con 8 y 5 puntos respectivamente. Olmos recurrió a Urko para reducir la producción del MVP y afortunadamente Victor tomaba responsabilidades para que sus 7 puntos pararan el partido en 11-13.

El segundo acto abrió el partido desde el perímetro. Gusi se ponía al mando de las operaciones y el Menorca arrancaba con un7-2 de parcial (18-15) tras un triple de Diego Sánchez y palmeo siguiente. Fue Guillén, un pívot al que se le queda corta esta categoría, quien frenó la avanzadilla local ganando a Urko en la pintura.

Dos triples de un inconmensurable Victor, ahora como alapívot, daban el primer tirón al partido. El Menorca agarraba un 8-2 que le daba la máxima renta a 1'40 del final (30-24). El tiempo muerto obligado de Alejandro Martínez detenía el demarraje menorquinista para llegar al descanso con un ajustado 30-26.

Con Victor sobre Donaldson en la reanudación llegó el momento de inspiración para Michael Umeh. Sus cinco puntos consecutivos y con la defensa eficaz del perímetro, el Menorca elevaba un parcial de 8-2 que le encaminó hacia la victoria (38-28). Donaldson había perdido espacios arriba pero con todos los balones para él , su equipo aguantaba como podía en el parquet.

Del 42-32 salió un eléctrico Garrido para capitanear la devolución del tanteo (0-8) que puso el 42-40. Un triple sobre la bocina de Ciorciari dejó el marcador en el 45-41 para emprender el tramo decisivo.

Otro triple de Umeh y después uno más de Marc –¡por fin!– casi hacen estallar el Pavelló porque el Menorca cobró otra vez los 10 puntos de renta (51-41) a 8'55 del final. La Laguna defendía en zona pero, inevitablemente, cuando atacaba acusaba tanto la presión de su rival en la cancha como la que imponía la grada. Martínez trataba de aleccionar a sus hombres en el tiempo muerto pero la sentencia ya estaba dictada.

La quinta falta de Diego Sánchez por su enorme trabajo atrás frente a Rost y Yáñez reactivó a Marc Fernández que jugó su partido más completo de la serie.

Pero La Laguna nunca bajó los brazos a pesar de todas las adversidades, un triple de Guillén a 39 segundos del final le dio una mínima esperanza (62-59). En el ataque siguiente Ciorciari convirtió uno de sus dos tiros libres y el triunfo quedó asegurado y con él, el pasaporte para el ascenso que está a la vuelta de la esquina.