Eligió el peor día el ViveMenorca para derramar ante su gente un partido desastroso que fue la culminación de su marcha atrás en este campeonato. En una noche gélida de crudo invierno el colectivo de Paco Olmos despreció buena parte del crédito que se ganó a pulso hasta hace un mes, retiró su candidatura a la primera plaza de la Liga, recargó la autoestima de su directo rival, el CAI Zaragoza, y consiguió agotar la paciencia de su propia afición. ¡Qué pena!.
Paco Olmos, en primer término, y sus jugadores a continuación, recibieron la pitada final como sentencia a su indolente actuación teñida de mal juego y aderezada con una impotencia incomprensible para atacar la defensa zonal que también le planteó el equipo de Zaragoza. Tuvo el entrenador valenciano una espesura colosal, tanta como la enajenación mental de sus hombres sobre el parqué. Ciorciari, Victor Cuthbert, Diego Sánchez, Umeh... estuvieron irreconocibles y Olmos retiró de la pista a Marc Fernández y Caio Torres en el último cuarto cuando eran los únicos que daban sensaciones positivas en el juego desordenado del equipo. Si el CAI hubiese aprovechado todos los errores del Menorca su triunfo habría adquirido una dimensión mucho mayor.
Y eso que el inicio del partido fue de lo más esperanzador porque el ViveMenorca marcó terreno de salida luciendo una intensidad desaparecida quizá en sus últimas actuaciones. Olmos puso a Victor al '4' durante todo el partido, emparejado con Philip y dio la titularidad a Sánchez para unirlo a Barlow. Ciorciari, conectado al choque, levantó a la grada con un reverso imposible poco después de una penetración con mate de Umeh espectacular (10-2).
Abós, sorprendido, tuvo que parar el partido y recurrir a Oriol Junyent primero y a Lescano después. Con ambos el CAI frenó el avance local mientras Olmos rotaba prácticamente a todos sus hombres y ponía a Sabaté sobre el alero argentino. Con 12-9 en el luminoso, Philip, el máximo anotador de la Liga se sentaba con dos faltas cuando Abós ya había dispuesto a sus hombres en zona con la que se llegaba al final del tramo (18-13).
Elonu tomó las riendas de los maños en el segundo acto y rompió la zona de ajuste que utilizaba Paco Olmos. Errores en los tiros libres, bajo porcentaje desde 6,75 y continuos errores en el pase... el Menorca volvía a las andadas de su peor versión y el CAI, además de hallar espacios en el rebote defensivo mahonés se ponía por delante, por primera vez, a 4 minutos del descanso (25-27) con los dos triples de Robles y la presencia de Elonu en el poste bajo. Olmos no hallaba soluciones para mejorar las prestaciones de su errático equipo y al descanso el CAI estaba arriba (37-39).
Empeoró la coyuntura para el ViveMenorca con el balón de nuevo en juego. Abós se recreó en la zona, como no podía ser de otro modo, y su CAI se fue a por la victoria. Philip y Lescano convertían sendos triples mientras los menorquinistas no acertaban uno pese a sus seis intentos consecutivos. Un parcial de 4-12 traía el desasosiego a la grada y a la pista porque el ViveMenorca jugaba rematadamente mal (43-51) presa de la ansiedad. Olmos paraba el partido y sentaba a Sánchez por Marc y después a Víctor, inoperante en el tiro, por Urko.
El CAI tampoco era un ejemplo de baloncesto elaborado, pero entre un triple aquí y un robo allí, además de la esperada reaparición de Philip, incrementaba su renta a los 8 puntos (47-55) para mantenerla al final del cuarto gracias a una canasta sobre la bocina de Edu Sánchez (58-66). Y el último acto resultó un calvario para la afición menorquina que se frotaba los ojos advirtiendo la impotencia de su entrenador y de su equipo para atacar la persistente defensa en zona de los maños e incurrir en continuos errores en el pase, en el tiro, en el rebote... en todo.
Un parcial de 0-6 elevó la renta a los 12 puntos (58-72) y el ViveMenorca certificó su insolvencia en medio de los pitos de la grada. Una aparición efímera de Marc Fernández que anotó 6 puntos consecutivos (64-72) fue el canto del cisne porque el equipo ya había claudicado. Olmos contribuyó sentando a Marc, se olvidó de Caio y los minutos restantes fueron una agonía inmerecida para la afición que pitó al entrenador en su salida de la pista y después a sus jugadores.
"Tenemos que ser más listos"
La cara de Paco Olmos al entrar en la sala de prensa tras el partido lo decía todo. La cuarta derrota consecutiva en Liga ha hecho mucho daño. "No podemos permitirnos un inicio de tercer cuarto como el que hemos hecho", comentó. "En el inicio hemos dominado a nuestro más puro estilo, que es defender y tener salida.
Pero cuando nos han cambiado a la defensa en zona nos han cortado el ritmo de juego", analizó.
Muy serio, el técnico desmenuzó las claves de una derrota dolorosa: "No es momento de que a un grupo experto como este le entre la ansiedad porque lo siguiente es el desánimo". "Es una decepción grande", prosiguió, "queríamos ofrecer a la afición toda la entrega y una victoria que hubiera sido muy importante. Ahora hay que buscar las soluciones entre nosotros mismos.
Nos levantaremos porque somos un grupo fuerte". Olmos lamentó la actuación de su equipo: "No podemos entrar en términos como la ansiedad, precipitación o querer arreglar las cosas individualmente. Tenemos que ser más listos". Del rival, el valenciano destacó a las dos últimas incorporaciones: "CAI ha sido superior en el momento clave del partido y nosotros hemos ofrecido un punto de debilidad que no es permisible. Lescano y Junyent han sido fundamentales".
Sobre los problemas que acusa el equipo en los dos últimos partidos al atacar la zona, Olmos consideró que "no es normal que nos hagan una zona y que tiremos más triples que de dos, cuando este equipo no está construido para eso". En cuanto a los silbidos por parte de la afición, "sabemos en qué club estamos y la repercusión que tiene el baloncesto en esta isla. Que te piten no es agradable. Pero no le podemos pedir más a la afición. Hay tiempo pero la solución tiene que ser inmediata.
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