En unos casos por la fuga masiva de jugadores debido a la crítica situación económica de sus clubes –Alicante o Terrassa, por ejemplo–y en otro por el deseo de mejorar la calidad de las plantillas en pos de sus respectivos objetivos, lo cierto es que el carrusel de cambios, altas y bajas, en el grupo III de la Segunda División B ha resultado masivo.-
El pasado lunes por la noche se cerró el plazo que marca el reglamento para la inscripción de nuevos futbolistas y arrojó un enorme tráfico de jugadores en la mayoría de los clubes que integran el grupo. Sólo cuatro de ellos no han hecho nuevas incorporaciones, el Barça At., Gramenet, Logroñés y Sant Andreu.
En cambio el Alicante, Benidorm, Orihuela, y sobre todo Terrassa han renovado sus plantillas a lo grande.
Este último ha cambiado el equipo de arriba abajo con la llegada de hasta 13 jugadores nuevos para cubrir a los 11 que se marcharon incluido el famoso encierro del equipo en los vestuarios del campo de fútbol.
El Benidorm ha apuntado el equipo con cuatro novedades para tratar de asegurar la presencia en los puestos de ascenso, su objetivo obsesivo, mientras que en cuanto al resto, la mayoría de los cambios persiguen eludir las posiciones de descenso.
Curiosamente, de entre los múltiples movimientos que se han dado en el grupo, el fichaje más rimbombante quizás, se ha producido en el Sporting Mahonés dada la llegada de Ismael López, con amplio pasado tanto en la Segunda A como en la Primera División. El veterano ex atacante del Espanyol, Raducanu, por el que también mostró interés el Sporting Mahonés, se ha integrado en el Gavà procedente del Poble Sec.
Un viejo conocido de la afición sportinguista, el sevillano Juan Pablo Ruíz, se ha incorporado al Valencia Mestalla procedente del Cartagena donde no contaba con el técnico pese a haber marcado el tanto que valió el ascenso del club murciano a la Segunda División A la pasada campaña.
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