llegó faison. El nuevo jugador del ViveMenorca ya se entrenó ayer con sus compañeros en Badalona

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Miguel Juan Urbano Badalona (enviado especial)
Mal sitio para salir de una crisis es el Pavelló Olímpic de Badalona, el escenario que le corresponde al ViveMenorca este mediodía donde acude para disputar su decimonoveno encuentro de esta Liga 2008-09. Aún convaleciente por lo acaecido tres días atrás en el Pavelló, el equipo de Ricard Casas viajó ayer hacia Barcelona con el ánimo forzosamente afectado pero con el propósito de hallar el final del túnel en el que se ha adentrado en este nefasto mes de enero aunque esta vez una salida tan próxima como la de la Ciudad Condal no se ha correspondido con un desplazamiento masivo de seguidores. El ánimo no está para grandes dispendios.

Badalona, en todo caso, puede ser un punto de partida gracias a la actuación celérica del club que ayer mismo incorporó al experimentado exterior Marcus Faison. el estadounidense con pasaporte belga, ex de Unicaja, que hoy, con toda seguridad debutará con su nuevo equipo para ayudar a suplir la baja de Bazdaric, en el dique seco durante dos o tres semanas.

Faison se unió al grupo ayer tarde en Barcelona, porque su vuelo llegó con retraso a media tarde. El Menorca decidió aplazar el entreno hasta su llegada, para que el jugador pudiera conocer a sus nuevos compañeros ya en el Pavelló Olímpic. Tras esta primera sesión, Faison se dirigió a la clínica Fiatc, junto al médico Fernando Salom para superar, sin problemas, un reconocimiento médico rápido. Aun sin conocer esquemas, dada la baja de Bazdaric, con toda seguridad Casas le concederá minutos en el partido de hoy.

Es la oportunidad complicada, eso sí, para que el equipo tire adelante tras haber tocado fondo ante el Bilbao. Cuanto menos debería recuperar buenas sensaciones, mejorar su baloncesto ofensivo donde reside la piedra angular de su desplome, y en definitiva, una dosis de autoestima necesaria tras la bronca de su afición por la pobreza de sus prestaciones ante Bilbao. Resulta evidente que para conseguirlo será imprescindible que los interiores aporten lo que no han aportado hasta ahora -el club estudia otra fichaje para esta posición- y que el lanzamiento exterior crezca en sus porcentajes. Para eso ha llegado Faison. El otro aspecto fundamental, la defensa, se mantiene en un buen nivel. De otro modo las últimas derrotas habrían resultado escandalosas.

Ricard Casas aseguraba el viernes, apenas 12 horas después del último encuentro, que se siente fuerte porque cree en su propio trabajo por encima del sector crítico de la afición que crece a medida que el equipo se va hacia atrás. El jueves, incluso, hizo una encendida defensa de sus jugadores ante los pitos de la grada a la que animó a valorar la permanencia en la ACB con el paso de los años.

En Badalona ante el DKV de Ricki Rubio, un equipo joven pero aglutinador de talento en todas sus posiciones, pensar en el triunfo parece una quimera si nos remitimos a la última actuación del equipo. Pero la Penya, sin Rudy ni Aíto, no es el mismo enemigo y ha mostrado una irregularidad que parece comenzar a desterrar una vez Ricky toma su mejor forma física.

En todo caso, Badalona, donde el Menorca ha salido apaleado en dos de sus tres visitas en la ACB y nunca ha ganado, sí puede ser revitalizador si los jugadores, como hicieron ante el CAI en Maó hace dos meses, se baten el cobre para pelear el triunfo y restañar la deteriorada imagen de su técnico al que entonces, posiblemente, salvaron de la quema. Si no es posible tumbar a un gigante a domicilio, al menos es necesario recuperar el crédito con una actuación plausible que permita dejar en segundo plano el incipiente divorcio con la grada y sea el punto de partida para remontar el estado de crisis en el que se halla.