Notable jugador del escenario futbolístico semi-profesional del contexto nacional, Echevarría, después de trazar un denso recorrido como futbolista por diversos clubes de la Península (Lemoa, Alavés, con el que ascendió a Segunda, Racing de Santander, Ponferradina, Alcoyano, Eldense, Almería, Portuense, entre otros conjuntos) fichó en 1972 por el CD Menorca, entonces enfrascado en la potente Tercera Nacional (años después denominada Segunda B), con el que jugó un par de temporadas.
Con capacidad para actuar tanto de líbero como de defensa, provisto de una gran visión de juego, en los enclaves para los que jugó pusieron también siempre en valor de Echevarría su seriedad y compromiso para con el equipo.
Y lejos de convertir la Isla en una etapa más de su destacado trayecto, Echevarría hizo de la misma su hogar, puesto que a su retiro estableció aquí su residencia, lo que equivalió a mantener su vínculo con el fútbol insular en calidad de entrenador o colaborador. «El trato recibido aquí hizo que enraizara», comentó al respecto hace años en una entrevista a este diario.
El desaparecido Atlético Mahonés, del que fue jugador-entrenador, el Isleño y también la Penya Blaublanca, además del programa de fútbol del colegio La Salle fueron sus destinos, ya como inquilino del banquillo.
Fue también un asiduo en los torneos de la amistad, mientras que a nivel laboral hizo años en la desaparecida Aviaco. Deja viuda, tres hijos y seis nietos, además del reconocimiento y aprecio de cuantos coincidieron con él en un campo o en un vestuario. Luis Echevarría, descanse en paz.
2 comentarios
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posiblemente uno de los mejores entrenadores de fútbol base de su época , gran persona , descanse en paz !!
Buen jugador y gran persona. Descansa en paz, Koldo.