El jugador, descansando en su casa, junto a su hijo, Enzo | E.G.

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«Sentí que volvía a nacer y la verdad es que lo he pasado francamente mal». Esta era la frase que repetía este miércoles una y otra vez para «Es Diari» el jugador del CE Mercadal de Tercera División, Elliot Galán, quien se recupera en su casa de un grave accidente laboral sufrido días atrás y víctima del cual el jugador menorquín estuvo incluso cinco días en coma inducido en la UCI del Hospital Mateu Orfila, en Maó. Un fatal siniestro del que jamás se olvidará Elliot, a pesar de que el final ha sido feliz y la sensación ha sido esta –también entre el club rojiblanco y sus familiares–, de que el menorquín «ha vuelto a nacer».

Elliot Galán, trabajador de la empresa Teleco que se dedica a poner la fibra óptica, instalación de postes y mantenimiento, recordará toda su vida el fatal día cuando, trabajando en una jornada laboral más, en un camino de S'Algar, pudo haber dejado su vida. «Lo que pasó fue que estaba instalando un poste de madera para poner fibra óptica a una casa y cuando lo levanté con la grúa, se soltó de donde estaba amarrado con una cadena y me cayó encima», relataba este miércoles Elliot, aún con el susto en el cuerpo pero bajo el cobijo de su hijo Enzo, desde casa.

Trasladado de urgencia en ambulancia al hospital menorquín, «poca cosa más puedo contar porque perdí la conciencia y no me acuerdo de nada. Ya me levanté en la UCI atado y con tubos dentro de la boca y nariz», nos relata Elliot, pendiente de una resonancia magnética. «Me encuentro mucho mejor gracias a Dios, cada día un poco mejor. Ahora me toca esperar que me den hora para la resonancia y ya dirán los médicos», dice el insular, insistiendo en que «no recuerdo nada de ese día».

Intentado pasar página cuanto antes del terrible suceso que le tocó vivir a Elliot en esta fatídica mañana en S'Algar, repetía una y otra vez el jugador, dando «las gracias a Dios de que todo esto ya ha pasado. Y nada, los médicos que me han ido atendiendo todo este tiempo me dijeron que estaba todo controlado y que poco a poco iría a mejor», se congratulaba Elliot, al que Pere Vadell y compañeros esperan en el césped.