Las derrotas padecidas frente al Barça y el Zaragoza han de servir de acicate para que el equipo reaccione. | Sergi Garcia

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La goleada recibida en esta jornada por el Atlético Villacarlos frente al Real Zaragoza o la amplia derrota sufrida hace 15 días frente al Barça, suponen marcadores duros y difíciles de digerir pero también lógicos vista la entidad de los rivales, auténticos equipazos a los que se ha tenido que enfrentar un novel como es el conjunto de Lluís Vidal. Es el peaje que ha pagado el cuadro de Es Castell, que para nada debe afectar de cara a futuros compromisos -el próximo frente a la Damm- en una competición larga y dura que, por otra parte, ha iniciado con buen pie.

El Villacarlos ha competido, principal requerimiento de Lluís Vidal, en tres de los cuatro encuentros que ha disputado. La única nota negativa, derrotas al margen, ha sido el tramo final frente al Barça y la imagen mostrada este sábado en la Ciudad Deportiva zaragocista donde, como indicaba el propio técnico mahonés, el equipo no había estado bien en todos los aspectos; concesiones en defensa y desaparecidos -ningún tiro a puerta- en ataque. Situaciones mejorables y en las que el grupo trabajará para revertirlas o que cuando menos no se repitan. Y es que en esta Liga, una pequeña desconexión, como ocurrió durante quince minutos del segundo tiempo frente a los de Víctor Valdés, se paga muy cara.

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