Raül Capó salta sobre Rojals, del Poblense. | Josep Bagur Gomila

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Justo cuando el calendario comenzó a suavizarse, cuando arrancaba su liga, el Penya Ciutadella no dio con la tecla adecuada. El partido frente al Alcúdia en el que se escapó la victoria en el tiempo añadido supuso el inicio del calvario que la escuadra de Son Marçal está viviendo y que le ha llevado a caer a puestos de descenso.

La fragilidad defensiva –es de largo el equipo más batido de la liga aunque en dos encuentros ha recibido doce tantos– es el gran quebradero de cabeza del conjunto gualdiazul que sin embargo ve puerta con relativa facilidad aunque los goles llegan, caso de los dos últimos encuentros, cuando el marcador está claramente cuesta arriba.
Revertir esta situación es lo que intentará lograr el Penya esta tarde ante el Alaró (Vega Verdera), otro de los teóricos rivales de su nivel y que cuenta con dos puntos más que los menorquines. Un adversario que ha hecho del binomio defensa-ataque su mejor virtud.

La cita, a estas alturas de torneo es clave «hay que cambiar la dinámica ya, sería importante sacar algo positivo» indica Pere Vadell que destila cierto optimismo después de «una semana de trabajo gratificante a nivel colectivo» y es que el técnico de Es Mercadal ha podido contar por vez primera con 20 efectivos para preparar un encuentro. Acerca del mal que aqueja al Penya, los goles encajados, Vadell apunta que «hemos padecido bajas, prácticamente ha habido una defensa nueva en cada desplazamiento, algún gol ha sido evitable, son situaciones del fútbol que nos han castigado».

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