El Barça cumplió con el guión esperado, con la lógica que determina que la diferencia existente en la tabla con el Menorca debía plasmarse sobre el césped. Y así ocurrió. Sin estridencias y con su habitual puesta en escena, el cuadro de Jordi Vinyals, puro talento aunque quizás menos en relación al del curso anterior —no están Samper, Nando, Pol Calvet, Sandro o Sanabria entre otros— no permitió que el cuadro de Juan Romero se le subiera a las barbas. El Espanyol se había colocado a tres puntos tras golear al At.Baleares y era cuestión de volver a ampliar la renta cara al sprint final de liga.
Con dos goles en apenas tres minutos, el líder dejó encaminado el partido y solo su relajación y las ganas que le puso el Menorca a la cita, permitieron albergar una remota esperanza de complicarle la existencia a los culés con el gol de Marcos al filo del descanso que desató un monumental enfado de Vinyals.
En la segunda mitad, los azulgranas salieron con ganas, espoleados por ese 1-2 que dejaba las puertas abiertas a una posible sorpresa, pero a los diez minutos el Barça logró el tercero y las aguas volvieron a su cauce. Mejoró el Menorca en los segundos cuarenta y cinco minutos con más presencia en la parcela catalana aunque al final la lógica aplastante se impuso. En suma, derrota ante un Barça notoriamente superior pero inferior al del año pasado.
Pegada
El encuentro fue el que se preveía. El bloque de Romero presionó la salida de balón del Barça que ganó por goleada en la posesión. El trabajo azulgrana era bueno, desgaste físico generoso tapando líneas de pase y con ayudas para frenar la maquinaria de Vinyals conducida por Kaptoum y Enguene que buscaron la velocidad de Moha o las entradas de Godswill por banda. Para el Menorca, el factor clave pasaba por aguantar el marco a cero durante el mayor tiempo posible y el objetivo se torció al cuarto de hora aunque antes Fernando ya había sacado un remate al argentino Maxi.
Y el partido se quebró desde la esquina cuando Rodri acertó a cabecear lejos del alcance del meta. El Barça olió la sangre y mordió en la herida; una arrancada de Godswill sorteando a varios jugadores acabó con un remate salvado por Fernando pero el rechace lo cazó Enguene para firmar el segundo (18').
Doblemente golpeado, el Menorca asistió a la fase de mayor insistencia del Barça y apenas tuvo recursos para verle el rostro a José Aurelio. En el tramo final, Fernando volvió a intervenir a remate de Maxi tras otra entrada de Godswill; una acción aislada porque el líder se había dejado llevar un tanto por el marcador y su superioridad y el Menorca, que siguió peleando, abrió otro escenario con una contra llevada por Luis que habilitó al desmarque de Marcos para cruzar ante José Aurelio.
El 1-2 abrió otro ilusionante escenario para los de Romero que salieron enchufados tras el paso por vestuarios intentando cuestionar la jerarquía de los barceloneses. La escuadra local creyó en el milagro deportivo y pisó con más asiduidad la parcela rival aunque sin el efecto deseado. En pleno crecimiento, la calidad del Barça volvió a golpear cuando tras una buena jugada coral, Maxi la puso al interior del área para que el paraguayo Pedro disipara las dudas, por si las hubo. El gol cerró el encuentro pese a que el Menorca tuvo un par de llegadas más que no concretó. Lo que sí hizo Joel, cuando marcó el cuarto para el líder que mostró una alta efectividad cara a meta.
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