Definitivamente, el fornido lateral o interior derecho Vicent Gaimundi (Ciutadella, 1977) cuelga las botas. El gran capitán del Atlètic Ciutadella -tras retirarse Sergi Moll-, jugador las tres últimas temporadas en el CE Mercadal de Tercera División, y del Atlètic en Regional, cree que ha llegado el momento de dedicarse a la familia, sobre todo a sus dos hijos gemelos, Jan y Adrià. Atrás quedan catorce temporadas en categoría nacional, 30 años dando patadas al balón de fútbol desde que empezó en el Municipal del Atlètic Ciutadella donde debutó en Tercera División de la mano del 'Brujo', Diego Marquès. Gaimundi, que estuvo también un año en el CE Alaior, quiere volverse hogareño.
«El año pasado ya lo medité seriamente pero al final decidí ayudar al Atlètic en su retorno a la Regional. Quería tener una vida ya mucho más relajada lejos del fútbol», desvelaba ayer el jugador, que admite que «evidentemente ha influido el nacimiento de sus dos criaturas. Quiero disfrutarlos y estar con ellos y mi pareja», exclama.
Gaimundi reconoce que creía que lo pasaría mal sin fútbol, «pero la realidad ha sido otra. Nada de nada, y para quitarme el posible 'mono' lo que hago es ir a entrenar los jueves con el Atlètic». No obstante, advierte el jugador que si en Navidades le llamase a casa Rafa Torres, «no abriría (bromea). Es el momento de que juegue la gente joven, que la hay y con calidad».
Momentos de alegrías
Dice el disciplinado jugador ciutadellenc que el balompié le ha otorgado «momentos de muchas alegrías y de quebraderos de cabeza; pero en general, muchas amistades Y muchas anécdotas buenas. ¿Lo que me ha quitado? Poder tener más tiempo para mi mujer, y para mí. Realmente es sacrificado». En pleno trabajo de memoria, para Gaimundi el mejor técnico ha sido «Roberto Aguirre, y los mejores jugadores, David Fernández y Édgar Hernández; y los locales, Dani Marquès y Pere Bagur», señala. Para el jugador la Tercera División se mantiene aunque está más igualada y ve a Mercadal y Penya fuertes: «Mi último año ya era muy igualada y entre todos nos podíamos ganar. El Penya, con su equipo joven, trabaja bien y dará sus frutos y el Mercadal ha reunido un gran equipo, se ha conjuntado y ahí está la clasificación. Les deseo lo mejor a ambos», exclama.
Finalmente, en lo que sí ha cambiado es en el plano económico. Gaimundi reconoce que una época sí jugó por la cantidad que cobrara: «Iba agobiado de fútbol pero lo que me daban me hacía seguir. Pero que quede claro que nunca cobré las barbaridades que se llegaron a dar en la Isla; si lo cuento, nunca jugué por dinero ya que hay que considerar los entrenos, viajes y demás», finaliza.
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