Fútbol. Reportaje

Josep Alzina: todo un gol a la adversidad

El joven ciutadellenc padece sordera que no le impide ser jugador del Atlètic de la categoría Regional, con lo que ejercita un claro ejemplo de confianza y fe en sí mismo

Sabe y tiene claro el entrenador, Rafa Torres, que su delantero Josep es uno más del equipo, y se toma su sordera como una anécdota - Gemma Andreu

Joan Juanico07/10/13 0:00

Un simple whatsapp bastó para que Josep Alzina (Ciutadella, 1987), jugador sordo del Atlètic Ciutadella de la Regional Preferente, aceptase encantado la propuesta de hacer este reportaje. «Todo niño sordo puede hacer cualquier cosa que se proponga, incluso jugar a fútbol o cualquier otro deporte. Ser sordo para nada es una barrera», exclamó justo antes de empezar a tratar sobre su particularidad como futbolista. Y en una clara intención de ayudar a la promoción de este deporte , y de otros, padezcas esta anomalía o no.

Estamos ante un caso encomiable de perseverancia, de lucha por la vida y por el deporte que más le agrada. Estudiante, primero del CEIP Pere Casasnovas y posteriormente del IES Josep Mª. Quadrado, y ahora trabajador de la Nàutica Ponsetí, Alzina -hermano de Joan, que fuera jugador del Atlètic de Tercera-, es un delantero rápido, fuerte y luchador, a veces titular con Rafa Torres. Lo que para un jugador puede ser normal en el campo de juego, para Alzina es todo un ejemplo de superación: «Siempre, desde que empecé a los siete años en el Penya, me ha encantado jugar. Todos, compañeros, entrenadores y demás, me han ayudado mucho, junto al inestimable apoyo de mis padres y mi hermano Joan», admite emocionado.

«Lectura labial y signos»

El bermellón no entiende de escollos. A la hora de escuchar o atender al entrenador, Rafa Torres, «el sistema es mediante lectura labial y ayuda de signos básicos. También por escrito, en la pizarra,y en los partidos, estoy pendiente del banquillo. Con los compañeros, igual», explica el ciutadellenc, un claro ejemplo de constancia y fe en sus posibilidades. Con el árbitro es distinto, explica, «es un instinto, y por sus propios gestos».

Alzina, que excluye de plano la palabra sordomudo, no entiende de discapacidades, y su problema auditivo se queda en pura anécdota en entrenamientos y partidos. «Demuestro que se puede jugar a fútbol siendo sordo y nunca, salvo alguna excepción, he notado rechazo o exclusión por ser sordo», cierra.