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Anda algo triste Biel Medina en Lleida. No es que tenga problemas en una histórica Unió Esportiva que poco a poco está saliendo de las aguas turbulentas y que ahora es el sexto clasificado en el Grupo II de la Segunda B.

Tampoco los tiene con el técnico, Toni Seligrat, ni con sus compañeros, ni con la afición. Al contrario. Es uno de los fijos en las alineaciones y lo quieren mucho. Tampoco es que sufra impagos ni retrasos, tal y como le ha pasado en su dilatado currículum en alguno de los equipos en los que ha estado, como en Chipre o el Sporting Mahonés.

"En este club estoy muy bien. Ya era hora que fuera así, después de todo lo que he pasado", ha comentado Biel de su actual club en más de una ocasión.

El problema ahora es otro. Y no está contento por eso. Biel Medina ha sido expulsado en cinco ocasiones. Por tarjeta roja directa o por doble amarilla, ante el Athletic B, Teruel, Real Sociedad, Peña Sport y Gimnástica Torrelavega, el domingo pasado. En ese último encuentro, dejó a su equipo con diez jugadores durante un cuarto de hora. En el momento de tener que abandonar el césped no pudo evitar que se le escaparan unas lágrimas. Por impotencia, por rabia. "Otra vez", debía pensar.

Quizá por ello, durante estos días es muy complicado contactar con él. Lo comentan los periodistas ilerdenses que siguen al equipo, que no obvian el hecho de que se trata de una persona "excelente" y de los pocos de la plantilla que tiene un "discurso coherente y honesto".

Preguntando por las causas de tanta expulsión, aseguran que no son por protestar, lo son por entradas duras o a destiempo, a pesar de que también inciden en que no se trata de un futbolista excesivamente duro.

"Puede ser que en momentos determinados se acelere un poco, o que quiera contrarrestar la velocidad de algún rival marcando terreno y se pase de frenada", intentan justificar. Pero lo cierto es que se perderá el próximo partido. Otra vez.