Hay homenajes que no necesariamente se justifican con una lista más o menos larga de trofeos y menciones mediáticas. La labor más importante en la vida de un deportista a cualquier nivel es la que hace día a día, la que se ve menos, la que quizás está más lejos de la galería pero la que cuando pone punto y final a su carrera le permite marcharse con la cabeza alta, la sensación de que ha dado lo mejor de sí y, por lo tanto, estar orgulloso.
Mingo Martí (Maó, 1978) ha cerrado su etapa como jugador reconociendo que mayoritariamente se lleva cosas buenas en la maleta. "No dejo ningún sello personal y creo que otra gente del pueblo ha hecho mucho más que yo por el club pero sí sé que puedo estar tranquilo, lo he dado todo siempre y he intentado hacerlo lo mejor posible", argumenta un Mingo que ahora 'mata' el gusanillo como entrenador de porteros.
El hasta ahora capitán del CE Ferreries recuerda que "cuando era joven se trataba a los veteranos con mucho respeto, eran la referencia y los miraba con admiración y prudencia", algo que considera que ha cambiado hoy en día pero no en el mal sentido. "Ahora se pueden practicar tantos deportes, el fútbol no lo acapara todo y parece más bien que ha pasado a ser algo más que complementa el ejercicio físico", declara el portero que añade que "cuando era juvenil veía el ambiente que había en el campo con el primer equipo y me moría de ganas de jugar ante tanta gente, ahora se ha perdido todo esto".
Tras haber defendido las porterías del Ferreries, el Atlètic Ciutadella en Regional, el Alaior y el Son Ferrer, en su etapa de estudiante en Mallorca, Mingo se queda "con los tres años que jugué con el Ferre en Tercera, jugar para tu pueblo es lo mejor después de estar diez años en Regional".
El portero, un tipo cercano y amigo de sus amigos fuera del campo, tiene como espina clavada la polémica que se generó en torno a su persona "en el segundo año de estar en Tercera cuando se me señaló como culpable de la mala relación que tenía el entrenador, Antonio Asensio, con la directiva, realmente se me trató muy mal pero ahora ya está todo pasado".
Hijo del actual presidente, con el que comparte nombre además del primer apellido, descarta categóricamente que su camino vaya hacia la directiva azulgrana aunque "les ayudo en todo lo que puedo, ahora mismo llevo un entrenamiento para los porteros del Regional, del juvenil y del cadete los martes y eso me sirve para 'matar' el gusanillo".
El fútbol base, el futuro
El ferrerienc tiene claro que el futuro del que ha sido su club de siempre pasa "por los jugadores del fútbol base, hay que incentivar y motivar a los jóvenes para que sientan el CE Ferreries como algo importante , que no se pierda el espíritu que ha hecho del Ferre un gran club". Además, Martí reconoce que "la gente en el pueblo está muy satisfecho con la labor de la nueva coordinadora, Lucía Barca, es primordial que haya una buena coordinación".
El hasta ahora capitán, que fue homenajeado el domingo en Sant Martí, admite que "el club siempre ha tenido los pies en el suelo, si ha podido estar en Tercera lo ha hecho y si no, ha renunciado o se han asumido una serie de decisiones con sus consecuencias como el año pasado que no se podía pagar y se hizo una plantilla para intentar salvarnos aunque finalmente no lo conseguimos.".
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