El CD Menorca aprendió ayer, de la peor forma, a perder en División de Honor. Cuatro goles, tres de ellos antes del descanso, pesaron como una losa ante un conjunto que se vio en inferioridad por la expulsión de Sergi en el minuto 59 y que desaprovechó un penalti, por mediación de Tóful, que demostró que los de Lluís Vidal no tuvieron ayer su día.
Sólo pasaron cuatro minutos de partido y el Girona ya hizo el 1-0. Joel ejecutó un saque de esquina, la defensa la intentó rechazar y la pelota quedó suelta, hasta que Marcel puso la cabeza y batió Kike. El guardameta visitante no pudo hacer absolutamente nada.
Sin tiempo para que el Menorca reaccionara, llegó el 2 a 0. Bigas, que poco antes había tenido una excelente ocasión, envió una pelota larga a Marcel. La jugada la continuó Joel y la culminó, desde el otro lado del área, Mamadou, que sólo la tuvo que empujar . Lluís Vidal asistía a un recital catalán sin que los mahoneses dieran señal de vida.
El Menorca era incapaz de llegar con peligro a la portería defendida por Adrià. La única ocasión con cara y ojos de la primera mitad fue una falta desde fuera del área, que Mesa ejecutó y envió desviada por poco. Se cumplía el minuto 37.
El Girona jugó con la comodidad que permite ir 2-0 por delante, y poco antes del descanso subió el tercero, gracias a un penalti por mano de un defensor visitante. Gumbau no perdonó. Los últimos cinco minutos de este periodo fue un querer y no poder de los azulgranas que buscaron, al menos, un gol que les pudiera meter de nuevo dentro del encuentro en la segunda mitad.
Por si el conjunto menorquinista tenía alguna aspiración después del descanso, se le desvaneció al empezar la segunda parte. Gumbau puso la pelota por encima de la defensa visitante, Joel la recogió y superó la media salida de Kike con una parábola perfecta. Era el 4 a 0 y el encuentro quedó, si ya no lo estaba, visto para sentencia.
Quinto mazazo: La expulsión
A pesar de que el duelo ya estaba más que resuelto, el Menorca no desfalleció y nunca bajó los brazos. El quinto mazazo, que no llegó en forma de gol, fue la expulsión de Sergi por segunda amarilla en el 59.
A pesar de ello, poco después, llegó una ocasión inmejorable para los chicos de Lluís Vidal, en un penalti por manos de Eloi. Pero ni desde los 11 metros fueron capaces de marcar los azulgrana ya que Adrià paró el chut de Tòful.
Con los locales relajados, el Menorca tuvo un par de llegadas claras hasta la conclusión del partido, pero no encontraron la manera de batir Adrià, que a lo largo de los noventa minutos apenas tuvo que intervenir, y cuando lo hizo estuvo muy solvente. El Girona no necesitó ningún gran esfuerzo para dejar pasar los minutos sin más sobresaltos ya que no quiso abusar más de un débil Menorca, muy distinto del de las dos primeras jornadas.
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