Esfuerzo inútil para un Alaior digno

Las primeras llegadas fueron a cargo del Santa Eulàlia por ambas bandas sin excesivo peligro. En el minuto 10 los pitiusos gozaron de la primera gran ocasión. Piru controló y su disparo se fue alto. Desde el inicio el guión era el establecido, con los hombres de Matías Fernández llevando el peso del encuentro, y Kake incrustado en la media punta repartiendo asistencias a los de arriba. Los locales intentaban robar el balón y montar alguna contra, con Joel como punta de lanza pero fue Aparicio quien volvió a intentarlo para que Jesús despejara el balón.

A la tercera fue la vencida. Kake se inventó una gran asistencia hacia Piru, que superó a Jesús, estableciendo el 0-1 a los 21 minutos. Al cuadro albinegro le tocaba la réplica ante un rival con las ideas muy claras. El primer disparo local fue a cargo de Juli, desde la frontal, muy alto. El Alaior sólo se aproximaba a los dominios de Jaume a balón parado. En un saque de esquina, remató Tomè desviado por poco en la mejor ocasión albinegra. Y al filo del descanso Camacho lanzó rozando el larguero.

El segundo tiempo empezó de nuevo con el Alaior avisando. Juli botó una falta y José Enrich remató flojo. Los albinegros salieron a por todas, intentando arrinconar al Santa Eulàlia en su área. Una combinación entre Juli y Sergio trajo de nuevo el peligro al portal de Jaume. El chut de Sergio lo atrapó el portero visitante. A los 58 minutos, el ex del Sporting Mahonés, Berto Vaquero, debutó con la elástica pitiusa. Acariciaron el empate los hombres de David Moreno pero el remate de Jaume lo salvó la zaga en la línea de gol.

Los papeles se habían intercambiado y era el Alaior el que llevaba la manija del encuentro. Por los méritos contraídos, los locales merecían las tablas. Seguían empujando los locales pero la zaga de la Penya se mostraba segura y el peligro real venía a balón parado, con el goleador Juli como maestro de ceremonias. En el 84, Berto Vaquero ejecutó un golpe franco que salió fuera muy ajustado en su acción más vistosa, que pudo ser una sentencia inmerecida. Camacho, en el 87 de remate acrobático, tuvo el empate pero halló la fenomenal respuesta de Jaume.