El éxodo de jugadores del Sporting Mahonés se inicia ya este fin de semana con la marcha del meta Eloy Casals, uno de los baluartes de la plantilla de la que, además, es uno de sus elementos más veteranos puesto que llegó al club que preside Paco Segarra a mediados de la temporada 2006-07.
El portero de Lleida, de 29 años de edad, ha decidido regresar a su ciudad de origen tras haber hallado una ocupación laboral al margen del fútbol, tal y como hiciera su ya exentrenador, Luis Elcacho. La crítica situación económica que vive el club mantiene a los profesionales del vestuario sin poder recibir sus nóminas desde que iniciarán la pretemporada el pasado julio. Por este motivo la salida de la mayoría de jugadores foráneos de la plantilla es inevitable una vez se alcance el parón navideño después de la jornada 18, el próximo 17 de diciembre cuando el Sporting juegue en Na Capellera frente al Manacor.
Eloy Casals, sin embargo, abandonará Maó ya este próximo lunes para incorporarse a su nueva ocupación laboral. "Me sabe mal pero no ha habido otra alternativa después de sopesarlo porque no podemos estar sin ingresos y mi pareja y yo vamos a ser padres en enero; es una cuestión de responsabilidad ya que hoy en día es difícil encontrar un trabajo", explica el jugador catalán.
Eloy fue uno de los artífices del ascenso a la Segunda División B hace tres años como guardameta del equipo dirigido por Joan Esteva. En esta categoría, sin embargo, no logró mantenerse como guardameta titular y fue el suplente de Moso. En la campaña actual cuando sí se hizo con el puesto en la alineación inicial una inoportuna fractura en el pómulo le apartó de ella.
Este domingo, frente al Huracán Valencia será la última ocasión en la que se enfundará la zamarra del Sporting Mahonés, club en el que deja la impronta de excelente profesional y buena persona.
"Lo siento especialmente por gente como Magí, Capó, Goñalons o Lozano que son los únicos que vienen al campo y nos ayudan, porque ni el presidente ni los directivos han vuelto a aparecer por allí ni nos han dicho nada más, es un mutismo absoluto", afirma Eloy, quien sin embargo admite que "me duele marcharme por el trato y la estima que he recibido aquí hasta este año, pero no hay otra solución".
Como todos sus compañeros, Eloy también se siente "engañado porque renovamos a la baja con el compromiso de que cobraríamos puntualmente para que no sucediera lo del año pasado cuando estuvimos 4 meses sin cobrar, y resulta que ahora no nos han pagado ni uno. No se entiende como hicieron las previsiones, y además, de lo que nos han ido diciendo desde que empezamos, no se ha cumplido nada".
En la hora del adiós, aunque Eloy prefiere decir un "hasta pronto porque mi novia es de aquí y cada año tendremos que meditar si volvemos a la Isla", el meta catalán se queda "con la increíble temporada del ascenso, con la gente de la Isla y con los entrenadores que he tenido y que me han marcado mucho".
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