Aliviado. El técnico respira satisfecho tras dejar al equipo en Segunda División B una temporada más - Archivo

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Con cara de cansancio por el duro viaje de regreso de Gandía pero con la plena satisfacción de haber conseguido la permanencia. Joan Esteva (Barcelona, 1973) hizo ayer balance de su tercera temporada al frente del Sporting Mahonés, sin duda la más ajetreada, tanto en lo deportivo -por las siete derrotas consecutivas que le situaron en el punto de mira- como en lo económico -por el retraso en el pago de las nóminas, lo que afectó directamente al rendimiento de la plantilla. El próximo 30 de junio expira su contrato y aunque se siente con fuerzas para continuar en el banquillo, sabe que la decisión depende del presidente y la junta directiva, que en estas tres temporadas y, especialmente en la última, le han mostrado su apoyo incondicional aunque todavía no se han dirigido a él. En caso de no seguir, su futuro pasa por continuar entrenando al máximo nivel, fuera de la Isla.

¿Qué valoración hace de la temporada?
Ha estado bien diferenciada en dos partes, con dos tercios en los que el equipo ha sido regular, muy sólido y fuerte en casa, capaz de sacar los partidos, y otra, cuando mejor estaba, cerca de la permanencia a falta de muchas jornadas, en la que ha entrado en un bache y nos ha costado cumplir con el objetivo de salvarnos.

¿Lo ha pasado mal?
Todos lo hemos pasado mal, porque hemos tenido momentos complicados y duros. La dinámica cambió, perdimos el feeling de la competición y los resultados no llegaban pero el equipo, en los momentos decisivos, ha dado la cara y ha demostrado en los últimos partidos, fuera de casa, que ha sido capaz de cumplir el objetivo de la permanencia.

¿Ha sido la campaña más difícil de las tres en el Sporting?
Sí, la primera fue de éxito y en la primera en Segunda B el equipo fue muy regular durante todo el campeonato, llegando al final desahogados y aunque nos salvamos en la penúltima jornada, mucho antes ya daba esa sensación. En ésta, por el tramo final, te quedas con un sabor amargo porque la línea era positiva y empezamos a empeorar cuando mejor estábamos y más ilusionados.

¿Pensó en dimitir en algún momento?
Mi puesto ha estado siempre a disposición del club, del director deportivo y del presidente. Pero la verdad es que me dieron confianza cuando en otro club, con otras personas, las decisiones habrían sido diferentes. Por eso agradezco la confianza mostrada siempre para lograr el objetivo.


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