El Sporting Mahonés sigue en caída libre. Son siete las derrotas seguidas, y de nuevo está pendiente de los otros resultados para saber si entra en el abismo. Ayer confirmó su mal momento en Lleida, en un encuentro en el que los de Esteva apenas dieron señales de vida. Los locales se encontraron, así, con una victoria muy cómoda ante un rival que hizo poco en la primera parte, pero que tras encajar el 2-0 bajó definitivamente los brazos, convirtiéndose, de largo, en el peor equipo que ha pasado por el Camp d'Esports de Lleida esta temporada.
Sabido es que los mahoneses llegaban al choque con multitud de bajas, pero lo cierto es que la actitud de todos los jugadores dejó mucho que desear. De todos excepto dos: Moso, que fue el mejor con paradas magistrales que salvaron al Sporting de encajar una goleada mayor, e Ignasi, que salió en la segunda parte y fue el único que le puso ganas al partido.
Ya desde el pitido inicial quedó claro que no iba a ser una buena tarde para el Sporting: nunca dio sensación de sentirse cómodo en el campo, cometiendo constantes errores en todas sus líneas y dando la sensación de estar ausentes, dejando toda la iniciativa a un Lleida que precisamente necesitaba los puntos para continuar en el grupo de aspirantes al Play off. De hecho la primera mitad fue un monólogo azul ante un rival que apenas sí traspaso la línea del centro del campo.
El Lleida supo aprovechar las circunstancias y encontró muy pronto el camino del gol con unos inspirados Rayo y Joäo Moreira que hacían añicos el sistema defensivo cada vez que se aproximaban al área de Moso. Precisamente, el portero del Sporting acabó siendo el jugador más destacado del equipo en los primeros compases del encuentro al detener dos balones increíbles, uno en el minuto 6 a remate de Rayo y otro en el 7 en un cabezazo impecable de Gabernet que despejó a córner. Pese a todo estaba claro que el gol local acabaría llegando, y fue al cuarto de hora en un balón en profundidad de Álex Colorado a Xavi Jiménez para que este, solo ante el portero del Sporting, batiese a Moso con una suave vaselina. Los de Esteva no demostraron ninguna capacidad de reacción y se fueron definitivamente del partido. Y Rayo lo aprovechó para hacer el 2-0 tras una perfecta combinación con Moreira que remató cruzado desde dentro del área. Tampoco entonces despertó de su letargo el Mahonés, que completamente entregado fue bajando los brazos a medida que iban pasando los minutos.
En la segunda parte el dominio local fue aún más evidente ante un Sporting que, lejos de reaccionar tras el descanso, fue una sombra de equipo que deambulaba por el campo y tan solo la presencia de Ignasi demostró que había un equipo en el campo. El joven jugador visitante fue el único que le puso ganas e intención con sus internadas por banda, aunque se vio siempre desasistido por su compañeros. Mientras, el Lleida con el 2-0 jugó un poco a medio gas sabedor de que los puntos no iban a escaparse y se limitó con paciencia a ir buscando huecos en la débil defensa menorquina. Así, en el minuto 65,
Moso, que fue el mejor del Sporting, evitó el 3-0 en un remate a bocajarro de Imaz que acababa de entrar en el campo. Pero el 3-0 acabó llegando en un perfecto cabezazo de Asier Eizaguirre a córner lanzado por Álex Colorado. Y poco después una perfecta entrada por la banda de David Giménez era rematada al primer palo por Imaz que se mostró muy activo e los minutos que estuvo sobre el campo.
De aquí hasta el final el partido fue un monólogo total del Lleida, que tampoco quiso hacer demasiada sangre ante un rival inexistente, aunque en el minuto 91 aún pudo llegar el 5-0 en un remate al poste de Álex en una falta.
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