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Hay recuerdos buenos y recuerdos no tan buenos. Pero está claro que los primeros son los mejores. En el deporte también. Cuántas veces habremos escuchado aquello de "a éste lo vi empezar cuando era un crío", y cuántas aquello otro de "ya se veía que iba para crack". Serán frases que los más veteranos del lugar repetirán mañana a eso de las seis de la tarde en Bintaufa. El Sporting Mahonés se enfrentará al Mallorca B en partido de la vigésima jornada de la Segunda B, y en el filial bermellón estará uno de los nuestros. Un crack. Uno de los productos más exitosos de la factoría del Sporting: el gran Vicente Engonga.

Excepcional como jugador y como persona, pocos futbolistas menorquines pueden presumir de su currículum: internacional con la Selección Absoluta, inicios en el Torrelavega, cinco años de evolución magnífica en el Sporting Mahonés y salto al estrellato en Valladolid, Celta, Valencia, Mallorca y Coventry, en la First Division inglesa.
Lleva el fútbol en la sangre. Tras retirarse como jugador, sólo podía ser técnico. La política le impidió trabajar como seleccionador absoluto con Guinea Ecuatorial, el país donde tiene parte de sus orígenes. Pero él siempre se ha reconocido y sentido de Sant Lluís. Ahora, profesionalmente, da otro salto y, tras la salida de Jaume Bauçà en el filial bermellón, pretende continuar con su filosofía: "al balón hay que tratarlo bien, no a patadas". Bienvenido a casa y suerte.