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La ex ciclista internacional Ruth Moll (Ciutadella, 1974) dijo adiós hace seis años ya a la competición profesional con un amplio palmarés que incluía doce medallas en Campeonatos de España entre todas las modalidades (BTT, ciclocross, pista y carretera) y donde las más destacadas fueron las de oro obtenidas en ciclocross (2008) y Persecución (2004) y el bronce en Contrarreloj (2003). Sus últimos coletazos oficiales fueron en los IGA y a día de hoy practica mucho ciclismo pero como aficionada y para mantenerse. Ahora, compaginándolo con su proyecto estrella Tracks Astures (ruta por la Comarca de la Sidra) –«mi tesoro en Asturias» como dice siempre la 'ciutadellenca' –, es una de las líderes del equipo técnico de la SheRides Women Academy. Tras la experiencia que cogió Moll en Menorca trabajando en Cavalls de Ferro, y con su dilatada experiencia profesional, sigue al pie del cañón.

¿Cuál ha sido la motivación principal de cara a entrar en SheRides?
— Me surgió la posibilidad de formar parte en el equipo de SheRides para poder ayudar a las chicas que están empezando o quieren mejorar, aportando mi experiencia como profesional. Es un segmento por el que las marcas están apostando gracias al gran volumen de crecimiento.

¿Tanta desigualdad hay realmente entre hombres y mujeres?
— En la mayoría de deportes siempre se ha marcado esta desigualdad; en cuestión de apoyos, las chicas se valoran mucho menos. Cuando yo competía era muy difícil que una chica pudiera vivir de la bicicleta, a no ser que ganaras un mundial o fueras la mejor, era casi inviable. Yo puedo decir que fui afortunada con los apoyos institucionales y patrocinadores que tuve en su día.

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