Imagen de ayer en Zaragoza, con el menorquinista Bulfoni, lanzado desde la larga distancia.   

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Victoria de mucho prestigio para un Pinta B CB Es Castell que prepara Gino Rovellada ayer por la noche y que completó uno de los partidos más completos de la temporada EBA, en feudo de uno de los gallitos del grupo como el Embou - El Olivar de Zaragoza (73-78). Los discípulos de Rovellada estuvieron muy serios y concentrados del principio al final, algo que no siempre sucede; eso, más una aportación coral de todo el grupo menorquín y junto a la veteranía de sus hombres franquicia, fue suficiente para desesperar a un conjunto zaragozano que pelea por ser campeón de grupo.

El partido comenzó ajustado y a un ritmo muy alto, con Barrasa anotando el primer triple de la tarde y los menorquines comandando el marcador desde el principio aunque siempre como renta muy pequeña. Los visitantes controlaban las pinturas y no tenían despistes serios en el encuentro, por lo que su rival sólo pudo jugar a favor del marcador en el tramo final del cuarto, cuando comenzaron a entrarle los triples. Al final, 19-18.

La igualdad siguió en el segundo cuarto pero en este intervalo los maños comenzaron a enseñar parte de todo el potencial que atesoran, con su lanzamiento exterior, y tomaron su primera ventaja, avisando que no venderían barata la derrota. Es Castell respondió con más orden defensivo y también a base de triples, sin ponerse nervioso en los momentos más duros (42-36 en el 8´) y evitando que los locales se fueran demasiado. Al descanso, un 47-42 sin resolver.

No bostezó el equipo en el reinicio y el tercer cuarto, que habitualmente es una losa para los de Rovellada, transcurrió con la misma dinámica de antes, sin que los zaragozanos pudieran tomar ventaja y, de hecho, fueron a remolque durante no pocos minutos. Al final 64-60 y lo mejor estaba por venir para la escuadra insular, conjurada ayer en sacar adelante la contienda.

No se podía estropear un choque tan completo con un último cuarto malo y no sucedió. Los Orfila, Bulfoni y un gran Torres acapararon la responsabilidad y con buen juego, inteligencia y veteranía, el equipo se llevó la victoria con unos últimos minutos muy sobrios.