El Hestia Menorca certificó la noche de este martes, sin apenas dificultad y con mucha autoridad, su clasificación para la segunda y penúltima ronda de la fase por el ascenso a LEB Oro | Josep Bagur Gomila

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El Hestia Menorca certificó la noche de este martes, sin apenas dificultad y con mucha autoridad, su clasificación para la segunda y penúltima ronda de la fase por el ascenso a LEB Oro, en la que se medirá al Zornotza vasco, un logro que cabe valorar en su dimensión merecida, puesto que la presente es la primera incursión del proyecto insular en las eliminatorias por acceder a la segunda liga nacional y el avance de ronda se ha materializado luego de haber superado un brote de covid que afectó a casi toda la plantilla a excepción de un par de jugadores (83-63; +34 en el cómputo del cruce para el conjunto menorquín).

En un partido indefectiblemente condicionado por la jugosa renta que se granjeó el Hestia Menorca en el duelo de ida celebrado hace cuatro días en Gijón (70-84 entonces, para un +14 de rédito menorquín), el colectivo de Javi Zamora, con una primera mitad tan pragmática como devastadora para su rival, dejó el segundo cotejo, y su pase por añadidura, totalmente sentenciado al descanso (37-24; +27 entonces para el Menorca) para, tras el mismo, gestionar de modo inteligente tanto su ventaja como sus recursos (evidentemente, pensando en lo que está por venir). Fue, asimismo, una victoria concebida bajo un patrón colectivo, y así lo atestigua la estadística, por atomizada, que presentó el equipo menorquín a la conclusión; ninguno de sus elementos actuó por encima de los 25 minutos, como tampoco nadie rebajó su presencia en pista por debajo de los 10.

A su vez, la mayor anotación correspondió a Adri Méndez (14; también el mayor minutaje), pero otros seis nombres firmaron cuanto menos 7 tantos. Además, el éxito menorquín se reeditó con la mayoría de preceptos cardinales que sustentaron el triunfo en las cercanías del Cantábrico; defensa y poderío físico para un ritmo, por muchos momentos, insoportable en un Gijón que en la gráfica del encuentro solo gobernó el rebote (26 a 32), un dato menor y si acaso provocado por su baja efectividad (el grupo menorquín elevó a cerca del 60% su porcentaje en tiros de campo; el asturiano limitó el suyo a un discreto 33%).

De hecho, el Hestia Menorca ni concedió un par de minutos para soñar al Círculo Gijón, que fue lo que tardó en hacerse con el mando del marcador tras el salto inicial. A golpe de triple (tres de arranque, de los 17 que convirtió, Adri, Corbi y Raül los autores, para de un 3-6 pasar a un 9-6) el equipo insular orientó su ventaja al cerrar el primer parcial (13-8) y la incrementó de modo exponencial después, en un segundo cuarto que legó algunos de los mejores pasajes de la velada de ayer en Bintaufa.

Así, de nuevo un ensayo perimetral de Adri, al que siguió otro acierto desde el 6.75 de Guebert, junto con algunas acciones bajo tabla previamente culminadas por Otegui (activado por un nuevamente sensacional Pitu Jiménez), repercutieron en un +20 (29-9) que virtualmente cerró la eliminatoria, si bien la aparición de Alo Marín –12 puntos; ofreció en Maó una versión mucho más térmica y eficaz, en parangón a la que mostró en Gijón– y una serie de aciertos de Portález en los aledaños del aro permitieron al equipo asturiano adecentar su guarismo alcanzado el intermedio (37-24).

En el tercer cuarto, el Gijón incluso se acercó a nueve puntos (50-41; 53-44), pero más por la relajación que se advirtió en el Hestia Menorca que en virtud de sus capacidades, insuficientes como para inquietar un poco más allá. Y así fue. El equipo menorquín apretó de nuevo por instantes, Xavi Hernández, con un par de triples, recuperó el margen por encima de la decena (56-44), y de modo progresivo la diferencia se volvió a establecer más arriba de la quincena (76-60). Y de la veintena (81-60), para detenerse en el 83-63 definitivo que impulsa al Menorca a la segunda ronda de la fase final.

En la misma, penúltimo escollo para poder ascender, aguarda el Zornotza vasco, un rival de lo más evocador, pues fue al que el cuadro insular derrotó, en mayo de 2018, para blindar en Maó el ascenso deportivo a LEB Plata. Quizá, un guiño del destino para un Hestia Menorca en pleno acelerón hacia la LEB Oro.