El colegio Sant Josep de Maó celebró el pasado viernes la fiesta de final de curso 2017/18 con una presencia de lo más excepcional; la del jugador mallorquín de los Oklahoma City Thunder de la NBA y de la selección española, Álex Abrines.
El escolta palmesano, de vacaciones, y que ha cumplido su segunda temporada en la mejor liga del mundo en la franquicia de Oklahoma, acudió al acto del centro mahonés, en el que alumnos y profesores del mismo fueron los principales protagonistas con las diversas actuaciones y 'performances' que llevaron a término, junto a una acompañante, situándose entre los asistentes (padres y madres la mayoría), lejos de las primeras filas, si bien su figura no pasó en absoluto desapercibida por los presentes. Jóvenes y no tan jóvenes le reclamaron para fotografías. También este diario preguntó al escolta internacional español el motivo de su aparición en el patio de Sant Josep, enclave que acogió el festival. «Mi mejor amigo es profesor en este centro, y he venido a visitarle», justificó Abrines –aludiendo al ex de La Salle, Toni Ballester–, que el pasado mes de mayo fue intervenido quirúrgicamente de una hernia inguinal en Estados Unidos, de la que se encuentra, asegura, restablecido. «Sí, lo cierto es que me encuentro bien, recuperado», confirmó.
Abrines cumplirá, en principio, una tercera temporada en los Thunder, hasta ahora su único equipo desde que emprendió el sueño americano tras los JJOO de Río 2016. Y aunque no descarta retornar a Europa en un futuro, admite que jugar en EEUU le ha convertido en «mejor jugador». Abrines, un NBA en el cierre de curso del colegio Sant Josep.
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