La quinta de Sergio Llull

El éxito, además de redondear una temporada que empezó en blanco para el de Maó, a raíz de su lesión en la rodilla, culmina por contra en lo que se postergará como una campaña histórica. Tras alzar la Euroliga en Belgrado, al poco más de un mes después, deviene este título liguero, el quinto en la particular estadística del base mahonés (2007, 13, 15 y 16, los anteriores), y el número 34 para el club merengue, que recupera asimismo la hegemonía a nivel español que un año atrás el Valencia le arrebató.

Rudy Fernández, que llevó en volandas a su equipo y fue designado mejor jugador del playoff final, fue una de las claves de un encuentro en el que los blancos se mantuvieron por delante durante tres cuartos del mismo. Los azulgranas intentaron recortar distancias desde el triple, pero el plantel de Pablo Laso, que cerró la eliminatoria con un global de 3-1, estuvo más sólido en los minutos clave del choque.

Los dos equipos comenzaron con una defensa exigente sobre su rival que aprovechó Baskonia para abrir brecha (21-14). El Madrid reaccionó (21-18, primer cuarto) y aumentó el parcial en el comienzo del segundo acto y con un 2-15 consiguió abrir un hueco de seis puntos, 23-29. El Baskonia logró mantenerse, pero no encontró el antídoto para detener a Rudy, autor de 17 puntos en este periodo (38-42 al intermedio).

El nivel de agresividad subió tras el paso por vestuarios, aunque el Madrid tuvo mejores sensaciones y se mantuvo por delante (45-52 min. 24; 57-65 al terminar el cuarto). Pedro Martínez buscó mayor fluidez en su equipo con la combinación de Luca Vildoza y Marcelinho Huertas, mientras el Madrid lograba una distancia de diez puntos que controlaba con el paso de los minutos. El Baskonia, con el depósito de gasolina muy justo, no encontró su juego, y aunque a base de empuje se acercó (71-75, min. 35), la serenidad del Madrid y un afortunado triple de Doncic al límite de la posesión, sentenciaron el título (85-96).