El horizonte del próximo curso preocupa a Otegi | Gemma Andreu

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Urko Otegi Esnaola (Pasajes, 1981), uno de los más importantes jugadores que incluye la amplia cronología del baloncesto menorquín, afronta durante estas fechas el que probablemente sobresalga como el mayor dilema en su carrera. Cerca de cumplir los 37 años de edad (para agosto), el expívot del desaparecido Menorca Bàsquet, una vez concluida la temporada 2017/18 en LEB Oro a un notable nivel individual (y semifinalista por el ascenso ACB con su equipo, el Chocolates Trapa Palencia), analiza sus vías de futuro, ante lo que relucen dos que se distinguen muy evidentes. Una respondería a prolongar por un año más su vínculo con el cuadro palentino y mantenerse en la segunda liga del país. La otra se direcciona a su estimada Menorca, donde el interior vasco admite «ilusión» por «jugar y terminar mi carrera», lo que repercutiría sin embargo en una renuncia definitiva a su actual estatus y optar por militar en LEB Plata, el tercer nivel nacional.

A lo largo de las últimas semanas, incluso con antelación a que el Bàsquet Menorca celebrara el ascenso en LEB Plata, en el entorno de la entidad que preside Oriol Segura han proliferado las alusiones sobre el posible retorno de Otegi, a lo que el pívot gipuzkoano considera su hogar; la Isla.

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