El bosnio Marinko Krtalic en plena ayuda defensiva, la labor coral en este aspecto explica la serie abierta de cinco victorias | Gemma Andreu
La escalada que el Bàsquet Menorca ha protagonizado en las últimas cinco jornadas -con otras tantas victorias- hasta alcanzar el tercer puesto de la clasificación se entiende desde la mejora en la protección de la canasta propia y el dominio de otro apartado estadístico clave como es el rebote. La apuesta del entrenador Oriol Pagès, a partir del encuentro frente al Sant Josep, de situar en pista con mayor asiduidad y al alimón al trío Jan Orfila, Andreu Matalí y Biel Torres ha paliado otras carencias detectadas y explotadas por los rivales y ha multiplicado el potencial competitivo del equipo menorquín.
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