Será además el rival del cuadro mahonés en la semifinal que inaugurará el torneo (mañana, 18 horas). Posteriormente, Ciutat d'Inca y La Salle Palma darán contenido a la segunda semifinal, a dirimir también mañana sábado y en Sínia Costabella (20 horas). Las finales, de consolación (10 h.) y por el título (12 h.) se emplazan para la jornada dominical.
«Nuestra ilusión es tremenda y estamos preparados para competir en lo que esperamos sea una fiesta del baloncesto menorquín», explica el entrenador del equipo rojo y director deportivo de la entidad, Rubén Pascual, «consciente» en cualquier caso de la dificultad implícita del cruce. «Sabemos lo que nos encontraremos. El San Agustín es un equipo que combina gente de primer año con jugadores de segundo, les conocemos de cuando nos enfrentamos en el Balear cadete, tienen gente como Alex Rubio y Pere Soler, habituales en la selección. Será complicado para nosotros, con mayoría de jugadores de primer año y tres cadetes en dinámica; lo cierto es que no pensamos más allá de la semifinal», analiza el técnico mahonés, que cuenta con el bloque en perfecto estado «físico y anímico», ante una F4 definida en su preludio como un «premio» desde las mismas entrañas del club. «Estar aquí es mérito de todos, jugadores, y de técnicos como Manu Cortés y Robert Bonvehí, que también trabajan con los chicos», matiza Pascual.
«Estamos ante una generación 'chula' que debe eclosionar el año que viene; en este, jugar la F4 ya es un gran logro», destaca por su parte el vicepresidente del club, Pito Enseñat.
La entrada a los partidos será gratuita y desde el Alcázar no temen «cosas extrañas», pese al raro modo en que se resolvió la fase de grupos en el sector femenino. «No esperamos nada raro. Nuestra competición se desarrolló con normalidad, ahora bien, no me pareció lógico que la última jornada en el torneo femenino no se jugara toda a la misma hora», apostilla Enseñat.<
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