Menorca volvió a disfrutar de nuevo ayer con el deporte de la canasta. Ayer en el polideportivo de Ses Caneletes de Sant Lluís los aficionados al baloncesto abarrotaron las gradas para presenciar las dos semifinales de la Copa cuya final jugarán este mediodía el Alcázar y el CCE Sant Lluís.
En el recobrado clásico del basket mahonés, el Alcázar ganó esta vez la partida a La Salle. Los de Siso Pons abrieron el partido de forma vibrante, con un ritmo de juego altísimo característico como había anunciado su técnico mientras el conjunto lasallista respondía con grandes apuntes de calidad y un Barber con la muñeca muy fina.
El Alcázar presionaba a toda pista ante la defensa en zona de los veteranos lasallistas que se iban dos puntos abajo al final del primer acto (13-15).
Dos triples del joven escolta Eloi Barrasa marcaban una máxima diferencia (19-28) en el ecuador de este cuarto. Pero cuando parecía que el Alcázar podía romper el marcador, La Salle reaccionaba, de nuevo de la mano de Barber y las aportaciones de Sabaté y Soler para llegar incluso un punto arriba al descanso (36-35).
Después del paso de vestuarios el partido se volvió loco, con un ritmo frenético. El ritmo de anotación era muy alto acabando como muestra el parcial del cuarto, 23-30, favorable a los rojillos que llegaban al cuarto final con 6 puntos de renta (59-65).
Más nervios y pérdidas de balón en ambos bandos y movimiento de banquillos. El pívot lasallista, Antón Soler, caía eliminado a los cinco minutos con empate a 67. Penetraciones de Sabaté, Tisi Reynes cogiendo galones de capitán y anotando en varias acciones seguidas le dan a La Salle una ligera ventaja, 79-73, que parecía definitiva. Pero dos triples estratosféricos de Vidal, -partidazo del alcazareño-, ponían el 79-79 a cuatro segundos del final. Sabaté fallaba su 'uno más uno' y en la jugada posterior Piedra no perdonó en sus tiros libres (80-81).
Yen la otra semifinal, el equipo local, CCESant Lluís, cumplió con su condición de favorito y tumbó al JMFerreries por 76-65 en un partido que también fue disputado aunque los locales siempre estuvieron por delante en el marcador pero no más allá de los 10 puntos. La superioridad en el rebote ofensivo y los muchos balones perdidos por el Ferre fueron dos de las claves del partido.
Un 21-13 en el primer cuarto marcó el camino de la victoria para llegar al descanso 10 arriba (37-27). 15-13 y 24-25 fueron los últimos dos parciales.
El Ferre de Toni Pons Coca confirmó que es un rival incómodo, especialmente para el Sant Lluís, y así sucedió. Los de Xavi Carreras nunca pudieron romper un partido que resultó de exigencia física y dureza. Micki Ortíz, con 4 triples, Sergio Muñoz y la buena dirección de Pitu Jiménez fueron fundamentales, tanto como el base ferreriense, Pau Pons y su compañero, Chiqui. El juego exterior del Ferreries dañó la defensa local, pero al final se impuso la superioridad de los sanluisenses.
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