Tres bandas. Piedra, con el baloncesto, la informática y los jabones - Gemma Andreu

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Era un día frío y desapacible cuando quedé con Ángel Piedra para charlar un rato y tomar un café. Ángel es el capitán del CD Alcázar, con un físico rocoso y una altura de 2.03 metros este menorquín nacido en Huelva hace 32 años ha hecho carrera en la isla tanto en el mundo del baloncesto como en el empresarial, es socio de dos tiendas en Mahón. En estos tiempos difíciles hasta decir basta, es gratificante charlar con alguien que desprende actividad e ilusión, con un deportista-empresario que ve el futuro como un reto y en ello está.

Buenos días Ángel, ¿cómo se encuentra?
Bien. Aunque en este momento estoy lesionado. En el último partido de la final de la Copa jugué 40 minutos con molestias y al final me he roto una vertebra. Estaré alejado de las canchas un tiempo.

Vaya espero que se recupere. Hable de baloncesto, cuál ha sido tu trayectoria
Aunque no te lo creas empecé jugando al fútbol cuando era un chaval. Pero pronto me llamaron para a jugar en el equipo de baloncesto de mi pueblo (Palos de la frontera). Me apasionó tanto este deporte que entrenaba con todas las categorías y a todas horas. A los 13 años me llamaron del Unicaja de Málaga para ficharme y jugué desde las categorías inferiores hasta júnior. En el último año lo compatibilizaba con los entrenos en el equipo de la ACB.

¿Llegó a la selección?
Si desde infantiles hasta júnior. Dispute dos campeonatos de Europa y tuve la suerte de coincidir con jugadores como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Raúl López, etc., quiero hacer mención especial a Carlos Cabezas con el que me une una buena amistad. Era la generación de los 80.

¿Dónde fue tras el Unicaja?
Fiché por el Almería donde jugué dos temporadas en EBA y una en LEB. Después me marché al Badajoz de LEB también, fui al Merida de EBA y de allí al Jovent de Alaior donde jugué un año. Ese fue mi primer contacto con Menorca. Más tarde fiche por el Vic y de allí pase al Ciutadella, al Ferreries y por último el Alcázar donde llevo ya cuatro años.

¿Qué momentos destacaría como los más especiales?
Es difícil porque han sido muchos. Pero seguramente son los dos campeonatos de España conseguidos con el Unicaja, los europeos jugados con la selección y de la última etapa el ascenso y la posterior temporada en EBA con el Alcázar donde llegamos a jugar los play-off por el ascenso a LEB. Poder vivir haciendo lo que te gusta durante tantos años es algo que no tiene precio.

¿Y los más duros?
Sin duda las lesiones. La que tengo ahora y la rotura de ligamentos que sufrí jugando en el Ferreries. Ningún jugador lleva bien estar en el dique seco. Además se hace duro era estar lejos de la familia.

Fue un trotamundos del básquet y no le asustaba ir a jugar a donde le llamarán, ¿cuál fue el motivo para quedarse en Menorca?
Eva, mi compañera, con la que tengo una hijo de cuatro años. Jugando en Ciutadella nos conocimos y tuve claro que me quería quedar y montar aquí mi vida.

A pesar de que sigue en activo ya hace unos cuantos años que no es profesional. ¿Como empezó a buscarse la vida fuera del básquet?
Jugando en Ferreries ya no era profesional y empecé a trabajar en Ciutadella en una óptica. A los tres años de trabajar allí, mientras estaba de baja por la lesión que te conté antes, me despidieron. Así que me encontré de golpe y porrazo en el paro con 28 años y con Eva, mi compañera, embarazada. Era el año 2009 en plena crisis.

Menudo golpe Ángel, ¿cómo afrontó la situación?
Te puedo asegurar que en mi cabeza no paran de surgir ideas y proyectos. Me senté delante de un ordenador y empecé a buscar oportunidades de negocio. Así fue como di con APP Informática. Comprobé que era una franquicia potente y que podía competir con los mismos precios que en la Península pero dando servicio en Menorca y me lancé. Sin el apoyo de Eva y de mi suegro, Pepe, hubiera sido imposible arrancar el proyecto y mantenerlo. La ayuda y el soporte que ellos me dan es fundamental, yo sólo no lo hubiera conseguido.

Y la cosa fue a más…
Efectivamente. Empecé trabajando yo solo en un local pequeñito y poco a poco fui creciendo y me cambié a un local más grande en la calle Borja Moll y me asocie con Adriá. Nos dedicamos a la venta y reparación de equipos informáticos llevamos el tema de tintas y toners para importantes empresas de la isla. Ahora no se entendería el negocio sin estar los dos, creo que hacemos un buen equipo y de momento conseguimos salir adelante.

No se queda ahí, además lleva la gestión comercial de otra tienda
Es Mel, la abrimos en el 2011, la lleva mi compañera Eva con su socia y yo me encargo de la gestión comercial. Fue brutal meterse en un segundo negocio en una época como esta pero vimos que en el mundo de los jabones naturales elaborados en Menorca, y de la cosmética natural podíamos tener mercado. Además estamos muy ilusionados porque somos la primera tienda que ha abierto una línea de negocio de detalles personalizados para eventos y ha tenido muy buena acogida para empresas que los regalan a sus clientes, o para eventos familiares donde quieren hacer un regalo original. La gente responde muy bien tenemos más de 1.000 seguidores en Twiter.

Transmite la misma pasión hablando de sus negocios que en la cancha. ¿Qué otros valores, qué otras enseñanzas del mundo de la canasta le han servido para aplicarlas a su vida y a sus negocios?
Vivir fuera de casa desde los 13 años te hace madurar de manera muy rápida. Además el deporte a nivel profesional es competición, pero también es constancia, sacrificio, disciplina… Supongo que todo eso lo he interiorizado y lo aplico de forma natural.

Es un ritmo trepidante, ¿cómo combina familia, trabajo y baloncesto?
Es una locura. Levantarse pronto, trabajar un montón de horas y acabar los entrenos a las 11 de la noche supone un gran sacrificio. Quiero insistir que sin el apoyo de Eva y de mi suegro sería imposible poder con todo.

¿Cómo ve el básquet en la Isla?
Está mal porque se le ha dejado morir, creo que no se ha puesto la fuerza suficiente para garantizar un mínimo de calidad en la categoría Sénior. Balears debe ser la única comunidad sin una liga autonómica, sin equipos de fuera a los que enfrentarse la calidad baja muchísimo, jugamos siempre entre los mismos. Además creo que los chavales necesitan un referente Senior para poder ilusionarse: "si trabajo y entreno bien acabare jugando ahí…..". Creo que se debería recupera la liga autonómica, y ¿por qué no intentar aunar fuerzas y contar con un sénior de referencia en liga EBA? Con el grupo C de Catalunya los gastos disminuyen mucho y se podrían unir las fuerzas de patrocinadores. Lo veo difícil y complicado.

¿Qué hay de sus proyectos personales?
Tengo el título de monitor y me estoy sacando el título de primer nivel para entrenar un grupo de niños. Quiero encontrar un proyecto interesante para trasmitir a los chavales todo lo que he aprendido con este deporte y seguir aprendiendo con ellos. Quiero seguir ligado a este mundo en los banquillos. Te puedo contar que guardo en una libreta todos los sistemas y entrenamientos que he hecho a lo largo de mi carrera con los diferentes entrenadores, y me gustaría aplicarlo y compartirlo en un futuro cercano.

¿Y fuera del baloncesto?
Tal como está el tema quiero que las tiendas sigan funcionando y tengo un par de proyectos a los que les estoy dando vueltas, pero no te comentaré nada para no gafarlos, hasta que no sean una realidad… Tengo claro que he de cuidar a mis clientes. Mira, si tienes una tienda en Madrid pasaran por delante de ella miles de personas, por mi tienda pueden pasar diez, sino cuido, sino doy un buen servicio a cada persona que se acerque, pierdo ese cliente y todos los demás. Por el contrario un cliente satisfecho es la mejor publicidad en un sitio pequeño como nuestra isla.

Lo que debía ser un café se convirtió en un largo desayuno. El tiempo voló charlando con Ángel, este ala-pivot se la jugó de tres y creo que la pelota de momento ha entrado limpia. En un día desapacible de invierno la charla con Ángel fue como un soplo de aire cálido que deseaba compartir con todos ustedes