Menuda aventura le espera a Sara Soler Traver. La joven jugadora del CCE Sant Lluís ha fichado por el Centre de Tecnificació de les Illes Baleares y se marchará el lunes a Palma en un cambio de vida radical. "Sé que será muy duro, estaré cinco horas al día en el colegio y otras cinco entrenando, pero me gusta que me 'metan caña' y quiero dar lo mejor de mí misma", asegura la pívot que a sus 14 años, "camino de los 15", mide sorprendentemente 184 centímetros.
Evidentemente, Soler juega de pívot en su equipo, donde la temporada pasada fue subcampeona de Copa y de Liga. "Me han dicho que llevan años siguiéndome desde Palma y creen que he tenido una buena proyección así que me ofrecieron ingresar y les dije que sí", explica la deportista que matiza que "es importante tener el apoyo de mis padres, que me han dicho que no lo dude si me apetece además me han asegurado que si no me gusta o veo que no puedo llevarlo bien puedo volver a casa, que me lo tome como una prueba".
Sara vivió una noche especial el pasado miércoles cuando sus compañeras de equipo y sus entrenadores, Isma y Paco, se reunieron para cenar y le regalaron una camiseta del club para que los recuerde. "Me han dicho que estarán tristes y que no sabrán qué hacer sin mí, pero yo estoy segura de que se las arreglarán muy bien, aunque es cierto que las voy a echar mucho de menos".
La pívot, que está en edad cadete todavía, no sabe dónde va a jugar pero "me han dicho que me subirán de categoría por lo que supongo que estaré con las júniors".
Lo cierto es que la jugadora cuenta con mucha proyección y un desarrollo físico que bien trabajado le puede abrir muchas puertas en el mundo del baloncesto. Aunque de momento la jugadora quiere disfrutar de sus últimos días en Menorca y su último mensaje a sus padres y amigos es: "Muchas gracias por apoyarme, os echaré de menos e intentaré disfrutar al máximo".
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