Concentración. El juego de los pívots del Menorca y la concentración de todo el grupo desde el salto inicial serán claves para ganar hoy - Archivo

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Nunca ha encadenado el Menorca Bàsquet dos derrotas consecutivas en lo que va de temporada. Después de la dolorosa sufrida el pasado sábado en Maó ante el Burgos, le corresponde esta noche elevar el listón de su propia exigencia para salir airoso de una visita especialmente comprometida a Melilla y no magnificar ese último traspiés, el segundo en toda la segunda vuelta. La fortaleza de su juego interior, superior al del rival, debe ser la base sobre la que edifique un triunfo fundamental para seguir en la segunda posición de la tabla clasificatoria.

El equipo de Gonzalo García de Vitoria es el más fiable de la Liga en su pista, donde sólo ha sido batido por el León, y aunque afronta el partido con bajas importantes -Marco y Manzano-, dispone de argumentos suficientes como para tumbar al gigante menorquinista. Su poderío desde el triple es la principal arma dirigida por Troy Devries como culminación del elevado ritmo de juego que impone el mallorquín Joan Riera.

El Menorca regresa a la ciudad norteafricana donde su pasado más reciente se abraza a la decepción. Hace dos campañas perdió la Copa en Melilla y también perdió el partido de la Liga regular, aunque el balance de visitas al 'Javier Imbroda' le resulta favorable puesto que ha ganado en seis de sus nueve comparecencias.

Será esta noche el momento de comprobar como reacciona el grupo tras la reprimenda pública de su entrenador, Josep Maria Berrocal, a propósito del partido perdido frente al Ford Burgos. El técnico catalán exige concentración desde el salto inicial para facilitar el trabajo defensivo que ha sido la clave de la excelente marcha seguida por el equipo en esta segunda vuelta del campeonato. De esta forma evitaría tener que remar contracorriente y verse obligado a remontar tanteos adversos durante el partido como le sucede con demasiada frecuencia.

El Menorca tendrá que tratar de frenar el ritmo alto de los melillenses e imponer el suyo para el juego 'cinco contra cinco' que le permita colocar los balones interiores para Arteaga, Urko y Coppenrath. El americano tendrá una nueva oportunidad para ser determinante como todavía no lo ha sido desde su reaparición.