"Lo primero que me pasó por a cabeza cuando me colgaron la medalla de oro fue darme cuenta de que acabábamos de hacer historia porque hay muy pocas selecciones -sólo tres- que han revalidado título europeo".
Y pensó en su familia, en sus padres, en Iván, su hermano, del que está muy orgulloso. En la abuela, que no pudo acompañar a la expedición Llull Melià a Kaunas, Lituania, pero que animó como una más desde la Isla.
Pensó que en ese momento era el príncipe de Menorca, un caballero de la 'Corte del Rey Juan Carlos Navarro'. Pero ante todo reflexionó, con el carácter modesto que le ha acompañado siempre, en que todavía le queda mucho por hacer y mucho por triunfar.
Sergio Llull vivió ayer la jornada, después de su segundo oro europeo, con una agenda repleta de actividades, visitas y recepciones y en la que dedicó cinco minutos al diario "Menorca" a sincerarse y compartir algunas fotos de su álbum personal.
"La clave ha sido que no somos un equipo, somos una auténtica familia", desvela Llull, que añade que "nos apoyamos entre todos, nos ayudamos y si alguno tiene un mal día lo animamos entre todos".
Una familia que verano a verano anda escribiendo con letras de oro la historia del baloncesto español. "Es muy bonito saber que en las mejores páginas de la historia del baloncesto nacional sale tu nombre o que tú has ayudado a escribirla", razona un Llull envuelto de gritos y cánticos de alegría en el autobús que ayer llevó a la expedición del palacio de la Moncloa, donde fue recibido por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al conocidísimo restaurante madrileño Txistu.
El menorquín degustó un surtido de ibéricos, cogollos con bonito, langostinos cocidos, huevos rotos con patatas y angulas de entrantes, así como un chuletón de segundo, para recargar pilas antes de enfrentarse a la celebración popular con la afición en la plaza Callao, en Madrid.
"Poder celebrar este título en casa, con nuestra afición, es genial", admite Sergio, que confiesa que le sorprendió "que a la llegada al aeropuerto de Barajas todo el personal de pista nos aplaudiera, fue muy bonito". Al jugador del Real Madrid también le alegró que "el teléfono no dejara de sonar en todo el día, con mensajes y llamadas de felicitaciones".
Sergio, que disfrutará ahora de unos días de descanso, admite que ha quedado satisfecho con su actuación en el Eurobasket. "Me ha pasado como al equipo en general ya que he ido de menos a más" con el handicap de tener que asumir un rol distinto al del Real Madrid: "Si, es muy diferente al que tengo en el equipo pero me he sabido adaptar y ayudar en todo lo que he podido al equipo".
El mahonés ha acabado este torneo con 14,8 minutos, 2,8 puntos, 0,5 rebotes y 2 asistencias de media por partido.
"La final la viví de forma muy intensa, Francia es un gran equipo, con muchos jugadores de la NBA, muy buenos y ante los que no podíamos despistarnos ni un minuto".
¿Cuál es la valoración global de Sergio Llull? "La verdad es que cuando acaba el torneo te das cuenta, ha sido un Eurobasket con muchos equipos y con muy buenos jugadores, muchos que pertenecen a la mejor liga del Mundo; haber sido el mejor equipo te aproxima al nivel real de nuestro equipo".
Con la victoria continental, España, y seguramente Sergio Llull, se aseguran una plaza en los Juegos Olímpicos que se disputarán en Londres el verano que viene.
Una cita en la que el rival será Estados Unidos. ¿Estarán temiendo ya a la gran familia española?.
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