COMPLICACIONES. El Menorca Bàsquet atraviesa una mala racha deportiva y económica - ARCHIVO

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Apenas dentro de un par de semanas el Menorca Bàsquet habrá consumado su descenso de categoría como consecuencia inevitable de una campaña en la que todo ha transcurrido bastante peor de lo previsto en lo deportivo y en lo económico.

La ilusión y el entusiasmo del pasado julio cuando la ACB acabó admitiendo el reingreso de la entidad, gracias a la generosidad de los consejeros que adelantaron más de un millón de euros para cumplir con los requisitos de la exigente auditoría, da paso ahora a la decepción por el desarrollo de la campaña.

Pero la realidad es esa y no otra, que el retorno a la LEB aparece como inevitable y que las dificultades de tesorería se han multiplicado por el paupérrimo resultado de la ampliación de capital y, más aún, por las sentencias desfavorables conocidas con los extrabajadores del club, Sunil Bhardwaj o el jugador, Vladimir Boisa.

Si acaso existe una lectura moderadamente más optimista respecto al estado del club y su futuro a medio y largo plazo. La prematura pérdida de la categoría debe liberar a la cúpula regente de la SAD de los quebraderos en la pista con lo que, aparentemente, podrá centrar su esfuerzo en evaluar la situación real en la que se encuentra el club y diseñar las coordenadas sobre las que puede transcurrir su futuro.

¿Reynés? ¿Humet?

La débil economía de la entidad que, difícilmente, contará esta vez con nuevas inyecciones institucionales como sucediera en otros años, obligará al Menorca a trazar un nuevo plan de austeridad mayúsculo que se dejará notar en todos los estamentos de la entidad.

Tarde o temprano Benito Reynés y Oriol Humet deberán comparecer para explicar el estado del club y su viabilidad de cara al próximo ejercicio en el que, salvo sorpresa, el Menorca tendrá que competir con un equipo aseado pero no favorito al ascenso como sí sucedió hace dos campañas. Sin embargo, los últimos mensajes del presidente -"yo ya no puedo hacer más, quien quiera a este club debe apoyar en la ampliación o como sea porque si no se irá "en orris"- dejan abierto un interrogante mayúsculo en torno a su futuro en la segunda liga nacional.

Reynés tiene dos años más de mandato por delante y Oriol Humet un tercero en su contrato. Ambos cuentan con el respaldo del Consejo aunque el diseño del futuro no dependerá de ellos, en exclusiva, si no también de la respuesta que ofrezca el aficionado cuando sea la hora de renovar los abonos. La transición empieza pronto.

"El problema es la mala herencia encontrada"

Diego González, delegado de la Presidencia para el Deporte, rompió el silencio institucional que se cierne sobre las reuniones que Benito Reynés ha mantenido con Govern, Consell insular y Ayuntamiento de Maó. "El problema que se ha encontrado Benito Reynés y el club es una herencia de otros mandatos que les condiciona bastante" explica González, que añade "además de la resolución de algunos juicios pendientes".

El representante del Govern Balear admitió las conversaciones mantenidas con el presidente del Menorca Bàsquet en las que Reynés "me puso al día de los aspectos económicos, así como de los deportivos, en los que no están teniendo mucha suerte".

El delegado, en ningún momento, se refirió ni al coste del mantenimiento del Pavelló Menorca -la instalación pertenece al consorcio creado entre el Ayuntamiento de Maó, el Consell insular y el Govern Balear-, ni a una posible ayuda económica extra.

"El club tiene un plan de acción para afrontar los gastos de la temporada pero el problema es que se ha encontrado algunas resoluciones judiciales fruto de una mala gestión anterior, igual que le ha pasado al Govern con el caso del Palma Arena", admite González.