Primera vuelta. El Menorca venció al Granada en Maó, por 60-57 el pasado noviembre - Archivo

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Recurriendo al tópico, se van a cruzar esta tarde en la falda de la Alhambra el hambre con las ganas de comer, o lo que es lo mismo, los dos equipos menos solventes de la Liga ACB, Granada y Menorca Bàsquet, con las urgencias al límite y cuyo futuro parece irremisiblemente encaminado a la pérdida del status en este selecto campeonato.

Para el Menorca, que es el que ocupa a la afición, se trata, con toda probabilidad, de un encuentro terminal en el caso de que no sea capaz de sacarlo adelante. Y otro tanto le sucede al Granada de Curro Segura, exentrenador menorquinista, que aspira, cuanto menos, a sacar al equipo de la última plaza, lo que podría conseguir si vence a los de Bintaufa esta tarde por más de tres puntos (60-57, en el partido de la primera vuelta jugado en Maó). Una victoria, en ambos casos, permitiría agarrarse a los cálculos matemáticos para continuar con vida pese a la dureza del calendario que aguarda al equipo que entrena Paco Olmos.

La visita a Granada es una de aquellas señaladas en rojo en el Menorca Bàsquet porque se trata de una cancha más asequible que la mayoría de la Liga, siempre en el plano teórico. Sin embargo, el Menorca nunca ha sido capaz de vencer en el Palacio de Deportes de esta ciudad andaluza en sus cuatro presencias anteriores en la ACB ni el Granada de ganar en Maó. En una de ellas, la primera en ACB, 2005-2006, incluso, con Curro Segura en el banquillo mahonés, encajó una de las derrotas más humillantes de su historia al caer por 109-71. Aquel año el Menorca consiguió la salvación en la última jornada al vencer al Manresa en Maó.

El conjunto menorquinista, con su director general, Oriol Humet, al frente, voló ayer hacia la ciudad nazarí al mediodía y se entrenó por la tarde en el escenario del partido. El varapalo anímico que sufrió el domingo debido a la derrota frente al Gran Canaria puede ser un lastre si el equipo no despeja su mente para competir frente a un rival que, quizás, está más liberado de cualquier tipo de presión por las circunstancias que han marcado su extraña temporada.

Después de acumular ya seis derrotas consecutivas y haber sumado un solo triunfo en los últimos trece partidos que ha jugado, el Menorca Bàsquet debe tirar de orgullo hoy en Granada, y disputar el partido desprovisto de la ansiedad que le atenaza desde hace tres meses. Tendrá opción de ganarlo frente a un enemigo que continúa perdiendo elementos –el último, Owens, que siguió a Kurz, Ingles, y el lesionado Korolev– si es capaz de aislarse de la situación límite en la que se encuentra.

Una victoria, que es fundamental, además, permitiría encarar el choque del próximo domingo en Maó ante el Barça con otra perspectiva tanto en el propio vestuario como entre los aficionados del equipo.