Un mal primer tiempo y errores puntuales en el tramo decisivo condenaron al Menorcarentals ante el segundo clasificado, el Alfàs valenciano (69-70). Los alaiorenses utilizaron la defensa zonal tras el descanso y recortaron diferencias hasta ponerse a dos puntos por dos veces en los minutos finales. Pero no pudieron traspasar la ventaja y acabaron cediendo. La lectura positiva es la capacidad de reacción del equipo ante un rival con jugadores determinantes.
El partido mostró de inicio lo que sería. Todo el mundo atento al más mínimo error, con el Menorcarentals buscando reducir la teórica desigualdad en base a una defensa mordiente: en el primer cuarto a los de Alaior les pitaron cinco faltas por una a los visitantes, y Nando Moya se vio obligado a sentar a Nwadike, con dos faltas casi sin darse cuenta. Salvo el 2-0 inicial, siempre fue a remolque el Alaior. Ausina y Cruza eran los estiletes de un Alfàs que parecía no inmutarse ante los intentos locales por cortar la efectividad de los ataques valencianos.
Se quedó clavado el equipo de Moya en una primera estirada visitante (10-16) y en una segunda (13-23) en un cuarto que finalizó 15-23.
El siguiente acto no mejoró la cosa. Al contrario. L'Alfàs aumentó la diferencia. Las dificultades locales para, por un lado poner puntos en la pintura y por otro mejorar el lanzamiento exterior eran hándicaps demasiado evidentes. Los parciales en contra se sucedían. 15-28 a 7:45, 18-37 a 5:11 o un doloroso 22-41 a 2:31 minaban los esfuerzos del Menorcarentals, que se iba al descanso con 11-18 (26-41, 15 abajo).
Mucho tenía que cambiar el partido para que los alaiorenses pudieran dar buena respuesta. Pero la receta fue la misma que al principio: apretar. Redujo algo la distancia el equipo local. A 6:27 de finalizar el periodo rebajó seis puntos para ponerse 36-45. Eso y una defensa zonal le dio vida al Alaior. Y ahí apareció Valdivieso. Acabó el periodo con 18 puntos. Fue el inicio de un cambio. El alaiorense tomó protagonismo y se anotó un 0-5 con triple incluido, que sumado a una acción de Nwadike significó un esperanzador 45-49 a 2:33 de finalizar el tercer cuarto. Lo malo es que después Lledó forzó una antideportiva al pívot. Pero Había partido: tal y como pintaba al principio, el meritorio 24-13 parcial (50-54) lo dejaba todo por decidir. La lucha tenía opciones.
En el tramo decisivo el ritmo fue endiablado, con triples iniciales por bando. Pero los valencianos lograban mantener su margen de seguridad en el momento que cualquier error podía decantar la balanza. Así fue. Los de Alaior, que habían hecho un esfuerzo descomunal, lograban ponerse a 2 a 3:52 con una falta de Lledó más posesión y tiros libres de Hernández (62-64). Se recompuso algo el Alfàs y con más esfuerzo el Alaior volvía a estar cerca a 42 segundos del final con una bandeja de Nwadike (66-68). Pero un triple de Cruza sin marca dejó tocado un equipo que no quería rendirse y que al final claudicó con un esfuerzo inmenso (69-73).
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