Menorquines. Disfrutaron en Sevilla pero al final no pudieron ocultar su decepción - photodeporte

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Resignación con reparos se manifestaba ayer en la expedición del Menorca Bàsquet que regresó al mediodía a la Isla tras el viaje a Sevilla. Mientras los jugadores y el técnico, Paco Olmos –más crítico que nunca con la actuación arbitral al término del partido–, aún reflejaban en su rostro el desencanto por la derrota de la víspera ante el Cajasol, el grupo de aficionados que viajaron a la ciudad hispalense gracias a la promoción impulsada por Air Europa, Viatges Magon y el propio club, reflexionaba en voz alta e incidía en varios aspectos del juego tal y como se recoge en esta misma página.

Otro de los afectados era el propio presidente, Benito Reynés, quien junto a su esposa, lamentaba aún lo sucedido. "Esto es lo que hay, somos el Menorca pero estamos ahí, en la batalla, y ahora sólo nos queda ganar al Fuenlabrada y continuar. Es fundamental que la gente venga a arropar al equipo para lograr este triunfo", indicaba el mandatario al tiempo que recordaba la trascendencia que hubiera supuesto una victoria unida a las derrotas sufridas por los máximos rivales en la lucha por la permanencia en esta decimotercera jornada de la Liga.

En conclusión, el arbitraje en el Pabellón San Pablo había dirigido al equipo hacia su novena derrota en la Liga, pero más de un seguidor de los 40 desplazados, se detenía también en la falta de casta y el bajón experimentado por la mayoría cuando el partido se puso cuesta arriba. Es el peaje que supone militar en una Liga tan clasista como la ACB en la que el Menorca forma parte del estrato social más bajo, mientras que el Cajasol está próximo a la burguesía del campeonato. Así, arbitrajes de esta naturaleza como el sufrido en Sevilla no pueden considerarse extraordinarios por lo que el grupo precisa avanzar en sus prestaciones para convivir con ellos en la medida de lo posible.

Y es que el partido deja notas positivas y otras más inquietantes. La regularidad que comienza a seguir Radenovic es una buena noticia, tanto como la lenta progresión de Limonad aunque siga indeciso y fallón en el lanzamiento exterior. El frenazo de Jakim Donaldson desde que tuviera que viajar precipitadamente a Estados Unidos por la muerte de un familiar, sería la variante más oscura en el momento actual del combinado menorquinista. El jugador más valorado del equipo en la Liga admitía ayer que "he perdido un poco de "feeling" respecto al juego y al equipo, es cierto, pero con trabajo lo recuperaré". En el aeropuerto de Sevilla, antes de embarcar hacia Menorca, el de Pittsburg señalaba que "en una temporada hay subidas y bajadas y yo trato de alcanzar la máxima regularidad en bien del equipo".