Radenovic. El pívot del Menorca, junto a Donaldson, debe ser decisivo hoy para batir a Estudiantes - Javier

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La Navidad empieza hoy para el Menorca Bàsquet que este mediodía disputa el último partido del año frente a su afición. Quiere hacerlo, por tanto, con un choque en el que el esfuerzo habitual en cada uno de sus compromisos se vea adornado con una nueva victoria, la quinta, que le permitiría clausurar 2010 ante su gente de la mejor manera posible además de mantenerse distante de la zona de descenso, máxime tras las derrotas que sufrieron ayer dos de sus rivales directos, Granada y Manresa. Un buen acicate.

Ese es el reto del cuadro que adiestra Paco Olmos en el choque le enfrenta al Asefa Estudiantes de Luis Casimiro, un rival en progresión que aparecerá herido en el Pavelló Menorca fruto de sus tres derrotas consecutivas que han venido a bloquear la recuperación experimentada tras su pésimo arranque liguero. No obstante, la Liga sabe que el histórico club madrileño dispone de materia prima suficiente para pelear por cotas bastante más elevadas que la permanencia, incluso aún sueña con la Copa y, a largo plazo el play-off aunque por el momento esté con las mismas victorias -cuatro- que el Menorca. Desde el pívot Caner-Medley, el jugador más determinante del equipo, hasta el clásico capitán, el alero Pancho Jasen, capaz de levantar a sus compañeros saliendo desde el banquillo, el Estudiantes es un plantel con muchas variantes para hallar soluciones a cualquier situación que se dé en el partido.

Será el Estudiantes un rival complicado, como lo son todos para este modesto Menorca Bàsquet, pero el equipo de Paco Olmos también sabe competir y lo hace especialmente bien cuando juega al abrigo de su afición que le ha visto ganar todos sus encuentros salvo el del Lagun Aro San Sebastián. Los jugadores son conscientes de que la permanencia pasa por ganar en casa donde sus prestaciones se multiplican y las carencias en el tiro exterior y la dirección de juego para suplir al gran Ciorciari se camuflan mejor. Hoy toca, por tanto sacar adelante este partido ante un rival tradicionalmente incómodo al que sólo ha conseguido ganar una vez en Maó en sus cuatro visitas, incluida aquella increíble derrota en la que tiró una ventaja de 24 puntos en el tercer cuarto. Hoy tiene que ser otra historia.