Micki Servera. El base mallorquín dobla el balón ante la presencia del pívot del CAI Zaragoza, Adam Chubb - Javier

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Difícil, por no decir imposible, que un equipo como el Menorca Bàsquet pueda superar la respuesta que ofreció ayer ante el CAI Zaragoza para agarrar la cuarta victoria en la temporada de su retorno a la Liga ACB. Cuando las dudas planeaban sobre la capacidad del grupo, cuando la necesidad de fichar ya comenzaba a hacerse acuciante, el grupo de guerrilleros que adiestra Paco Olmos expuso su orgullo para tumbar a un rival directo, el CAI, aplomado e indolente durante muchos minutos que apenas dio sensación de verdadero peligro ante el buen trabajo coral del Menorca y, por encima de todo, sus notables prestaciones defensivas –estudiadas y concretas– para neutralizar el temible perímetro rival. En el partido de 'los controladores' el equipo de Olmos manejó el juego y se llevó una victoria dorada.

Le agradó a Olmos el papel de Limonad como base en Vitoria porque, de salida, le dio el mando en ataque al israelí con Ciorciari en pista. La movilidad del hebreo y la buena defensa de perímetro del Menorca le permitieron comandar el marcador a las primeras de cambio con un Victor estelar. Abós sentó a Van Rossom, defendido por Ciorciari, y recurrió al mallorquín Joan Riera y a Andrés Miso, pero su excelso tiro exterior era un desastre (0 de 6 en triples y 14-7, a 4'08).

Abós insistió en las tempranas rotaciones ahora en el juego interior porque Radenovic y Donaldson habían tapado a Phillip y Hettsheimeier, pero el Menorca mantuvo la ventaja al final del primer acto (19-11).

Apenas nada cambió en la reanudación del juego porque los menorquinistas sostuvieron su intensidad defensiva, ahora con Ciorciari y Severa en cancha, y aunque dos triples de Van Rossom insinuaron una recuperación maña a partir de una defensa en zona, no fue así. El grupo de Olmos alcanzó su máxima renta a 1'41 del descanso (34-21) y un triple final de Rafa Huertas dejó el marcador en un ilusionante 38-26. Abós continuaba rotando sin fortuna porque el CAI no entraba en el partido, sus triples no encontraban aro y la defensa del Menorca era magnífica .

La balanza se inclinó todavía más para los intereses locales al regreso de los vestuarios. Ciorciari clavó un triple que elevó la renta a los 15 puntos (41-26). El perímetro zaragozano continuaba ausente y Van Rossom y Quinteros optaron por dar juego a Adam Chubb que fue el único capaz de agujerear la zona mahonesa en el poste bajo (44-33). Pero el Menorca mantenía el tipo y no daba opción. Olmos movía el banquillo con extraordinario acierto para que la intensidad de su equipo no se resintiera, buscando parejas para la dirección del juego. Un triple de Miso y dos minutos sin anotar del Menorca situaron el marcador en 58-48 para entrar en el cuarto decisivo.

El juego se equilibró. El Menorca flojeó atrás, Servera incurrió en un par de pérdidas y el CAI entró en el debate tras un parcial de 2-6 (60-54) gracias a la productividad de Hetssheimeir. Olmos detuvo el partido, sentó al joven base y devolvió a pista Ciorciari que resultó crucial para recuperar el mando del choque. Perdido como estaba en ataque el combinado menorquinista, su base argentino tiró de galones para convertir un triple fundamental al que siguió una nueva canasta en contraataque con las que devolvió una renta mucho más cómoda a 3 minutos del final (67-58). Donaldson, a quien Olmos había dado descanso, regresó a pista para estabilizar la pelea en la pintura y dos tiros libres suyos pusieron el 69-59 a dos minutos del final que ya fueron suficientes. Un mate de Víctor sobre la bocina fue el colofón perfecto para un partido completo.