ESTUDIO

Casi ocho de cada diez jóvenes no pueden independizarse en las Islas

La tasa de emancipación cayó hasta el 18% en 2023, seis puntos menos que el año anterior

Viviendas en Baleares. | M. À. Cañellas

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La tasa de emancipación juvenil en Balears cayó hasta el 18% en 2023, seis puntos por debajo que el año anterior. Esto supone que en las Islas, casi ocho de cada diez jóvenes no puedan independizarse ni acceder a una vivienda propia. De hecho, para poder hacerlo en solitario, una persona de entre 16 y 29 años debería destinar el 122,6% de su sueldo medio. Así lo indica uno de los artículos recogidos en el Anuari de la Joventut balear de 2024, publicado este jueves.

El documento fue presentado ayer de la mano de la doctora Belén Pascual, coordinadora del anuario; la periodista Victòria Oliveres, miembro del equipo de Datos y Visualización de elDiario.es; y de la vicepresidenta del Consejo de la Juventud de las Islas y coautora del trabajo ‘Retos de la emancipación juvenil en Balears’, Margalida De Noia.

Con un total de 24 artículos, entre ellos el antes mencionado, el informe da a conocer diversos aspectos de la realidad juvenil baelar, con espacial atención, en esta ocasión, en la emancipación y las desigualdades que padece el colectivo.

Así pues, pone de manifiesto que la situación de falta de independencia en el sector no es circunstancial, sino una consecuencia directa del encarecimiento de las viviendas y de las condiciones laborales precarias a las que se enfrenta esta horquilla poblacional. Por ejemplo, para que una persona joven pueda alquilar una vivienda en solitario le harían falta percibir más de 230 euros más al mes y para poder dar la entrada de un piso se debería destinar el salario neto de 7 años. Con un precio medio de alquiler en las islas de 1.288 euros, según recogen portales inmobiliarios, la única opción viable para la emancipación es compartir la vivienda. A ello, hay que sumar las dificultades que tienen los jóvenes para conseguir un trabajo estable, con una tasa ocupacional del 40,3% en 2023.

Por franjas de edades, lo que más logran superar las barreras e irse de la casa familiar son las personas de entre 25 y 29 años, que consiguen hacerlo en un 36,9% de las ocasiones. En cuanto a la tipología, seis de cada diez jóvenes emancipados lo hacían en régimen de alquiler; 12 puntos por encima de la media española.

Desde el Consejo de la Juventud balear señalan que la actual es una generación preparada, con estudios, que se enfrenta una falta de oportunidades; por lo que pide a las administraciones medidas «valientes».

En este sentido, reclama políticas de vivienda efectivas, con alquiler asequibles y facilidades reales para acceder a la compra; combatir la precariedad laboral, protegiendo los derechos de los jóvenes y asegurando salarios dignos; y dejar de tratar a la juventud como un problema «a largo plazo», ya que «los jóvenes son el futuro de Baleares».

«Somos una generación muy formada y aún así no es posible llegar a una emancipación real, a poder crecer y desarrollarse de forma natural, alcanzar los objetivos personales y satisfacción propia y todo eso afecta a su salud», advirtió ayer De Noia.

Por su parte, Oliveres, autora del prólogo del anuario sobre las barreras a la movilidad social de los jóvenes con menos recursos, destacó que «no son un colectivo homogéneo» y presentan desigualdades «que luego se acentúan a lo largo de la vida». En esta línea, dijo que las desigualdades «parten desde el lugar donde naces y muy a menudo es difícil salir de ellas». Lo cual, se traduce a la larga en un abandono escolar por bajo rendimiento y expectativas.

Según un estudio en el que participó la periodista, de cada 100 jóvenes que tenían al menos a un progenitor con estudios universitarios, 67 conseguían acabar una carrera; mientras que si ninguno de los padres tenía más que el graduado escolar, solo 26 de 100 lograban ir a la universidad.
Por ello, según señalo Pascual, coordinadora y miembro del Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social de la UIB, hay una relación directa entre emancipación y nivel de estudios, ya que si la emancipación alcanza a un 25,3 % de jóvenes con un estudios superiores (universitarios) solo es de un 8,8% de aquellos con estudios secundarios postobligatorios.

Cabe destacar que los últimos datos indican que el 60,1% de los jóvenes baleares tenían un nivel educativo que iba más allá del obligatorio.