CRISIS MIGRATORIA

Las travesías de la muerte a las islas: al menos siete cadáveres en los últimos tres meses

Hasta que no se tiene la identificación vía análisis forense ni se investiga ni se comunica a las familias: «El encuentro de cuerpos en las playas irá a más»

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Se espera que sea el verano más «caliente» de los últimos años; pero no por la temperatura, sino por el número de cadáveres que aparecerán en las playas de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera en los próximos meses. «Ha habido muchos naufragios de pateras y los fallecidos saldrán; ahora no hay gente en las playas pero luego, con las actividades náuticas como el snorkel, por ejemplo, se producirán nuevos hallazgos», informan fuentes próximas a los operativos de rescate. Se están preparando para lo que puede ser un verdadero drama humano. La antesala a eso ya está sucediendo.

En los últimos tres meses hay constancia de al menos siete cadáveres arribados a costas baleares; un hecho que se produce, precisamente, en una época del año en la que se cumple el dieciocho aniversario de la llegada de la primera embarcación ilegal a las islas. En estos dieciocho años sería imposible acercarse a la verdadera cifra de personas muertas por intentar buscar un futuro en otro lugar. Así de cruda es la realidad. Más aún para las familias que esperan saber algo de sus familiares y sólo saben que partieron en ‘patera’. Pasan los meses y no saben si llegaron con vida a alguna parte. La mayor probabilidad es que no.

PALMA. INMIGRACION. Nuevo goteo de pateras con un centenar de personas interceptadas. Llegadas. En la imagen superior, migrantes
Imagen de un desembarco en el dique del oeste a finales de 2024; muchos logran llegar a destino pero otros tantos pierden su vida en el mar.

Hay numerosos motivos por los que se están produciendo más hallazgos de cuerpos sin vida en las playas de las islas; el principal es que las embarcaciones van más cargadas que nunca porque las mafias de transporte pretenden optimizar al máximo el trayecto y las sobrecargan, habiendo cobrado a cada uno su pertinente ‘viaje’. Un negocio con la vida de los demás que ya ha llegado a juicio en numerosas ocasiones.

El perfil de las personas migrantes también va cambiando. En las rutas iniciales, la mayoría eran norteafricanos y argelinos; luego subsaharianos, de países como Mali, Nigeria o Senegal; ahora, se están registrando llegadas del llamado Cuerno de África, es decir, Eritrea o Somalia, desde donde cruzan el continente entero para llegar al norte e intentar allí coger la ‘patera’. Aunque sea firmar la posibilidad de morir.

PORTOCOLOM. INMIGRACION. Nueva oleada de pateras a la costa balear: más de 200 personas en dos días. Patera llegada a Cala Mar
Patera llegada a Cala Marçal, en Portocolom

Por eso, familias como la de Zoubir Abdelmaker, tienen tanto miedo. No saben nada de él desde que partió desde Argelia. Iba a llegar a Mallorca en diciembre del 2024. No lo hizo. Y si fuera alguno de los cadáveres que se han recogido en las islas durante las últimas semanas, la familia tampoco puede saberlo aún. «No sabemos nada, al estar en Argelia no pueden comprobar si somos familiares directos y no nos pueden dar información vía telefónica. Hay mucha gente sufriendo por lo mismo, por no saber nada de sus padres, hermanos e hijos, vemos cadáveres surgiendo en Ibiza, Formentera, Palma, pero no pueden decirnos nada», dice un familiar del menor desaparecido. «El mar está devolviendo los cuerpos, las fechas cuadran, la madre del chico no puede más, si alguien sabe algo de Zoubir, por favor, que lo diga», expresan desde la más pura desesperación.

La última fotografía que Zoubir Abdelmalek hizo llegar a su familia antes de embarcarse en una 'patera' en Tipasa y poner rumbo a tierras mallorquinas el pasado 30 de diciembre.

No son los únicos, pero poca cosa se puede hacer para paliar su dolor. Según explica la Guardia Civil «cuando aparece un cuerpo, por ejemplo el de éste lunes en Cala Mesquida, se desplaza la Policía Judicial de la Demarcación correspondiente, acuden y están presentes en el levantamiento del cadáver, que acaba en el Instituto Anatómico Forense. Hasta que no se averiguan las causas del fallecimiento y se coteja la identidad a través de ADN, no se lleva a cabo investigación ni trámites de comunicación a las familias». Los agentes no pueden actuar hasta lograr esa identificación oficial, aunque muchos de los indicios que muestran los cuerpos hace pensar que son migrantes: su avanzado estado de descomposición, los rasgos visibles que orientan al origen étnico de la vía migratoria e incluso la vestimenta que se localiza; en el caso de algunos cadáveres, el chaleco que les acompaña. «Además son personas que han muerto sin signos de violencia, si se detectaran esas señales en un cuerpo, la investigación empezaría inmediatamente pero al ser otras circunstancias, hasta que no se identifica, no se procede con la investigación», finalizan desde Guardia Civil Baleares.

PALMA. FORENSES. INSTITUTO ANATOMICO FORENSE DE PALMA UBICADO EN EL CEMENTERIO DE PALMA.
Instituto de Anatómica Forense de Palma, el lugar donde los cadáveres se refrigeran o incluso congelan hasta proceder a su identificación

Un dato que se confirma también desde las instituciones de Medicina Legal; sobre todo porque cualquier cuerpo no identificado que aparezca en territorio nacional debe ser investigado por un juez. Por eso, los cuerpos acaban en estas dependencias hasta que llega su análisis, que puede demorarse de seis meses a un año, o incluso dos. La primera etapa se refrigeran, si el proceso se dilata, los cuerpos deben congelarse. Las familias que han perdido a alguien tienen ante sí una ‘misión imposible’ que difícilmente llega a buen puerto. Por un lado, el hecho de que las denuncias de desaparición no estén en Europa imposibilita una conexión rápida. Las familias se ven obligadas a ponerse en contacto con ONGS, consulados y embajadas, por lo que todo se ralentiza y en muchas ocasiones, al no haber una base de datos común, se pierden las peticiones. La muestra de ADN se le toma siempre a cada cadáver, pero si no hay contraparte para cotejarla y la denuncia no llega a Europa, el cuerpo acaba en una fosa común.

De hecho, en estos momentos en los que ha comenzado a intensificarse la llegada de estos cuerpos a las costas baleares; varios de ellos esperan su turno para ser 'autopsiados' y pasar por la extracción de ADN que permitirá, en algún momento, cotejar su identidad. Son cuerpos fríos y solos que sólo pueden esperar a ser encontrados, mientras que quien les busca, no logra acceder a los datos pertinentes ni conectar con los lugares donde se encuentran. Una base de datos infinita y desordenada en la que muchos padres no volverán jamás a ver a sus hijos.