Gráfico con la evolución de la deuda de Baleares a lo largo de los últimos años. | Ultima Hora

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Baleares acumula una deuda de 8.121 millones de euros, según los datos provisionales del Govern a cierre del año 2024. En 20 años, la cifra se ha multiplicador por diez. Obras faraónicas y una crisis inmobiliaria que dejó al Govern con el agua al cuello al borde del abismo explican ese aumento de deuda, que no se corresponde para nada con el aumento del Presupuesto de la comunidad. El Gobierno ha propuesto ahora al Ejecutivo balear asumir como propios 1.741 millones de euros de los casi 6.000 que debe Balears a Madrid y la propuesta ha devuelto la mirada a la situación financiera de Balears. El Govern ha dicho que no a la oferta de la ministra María Jesús Montero.

La expansión del endeudamiento en las Islas comenzó en primer mandato de Francesc Antich, pero se expandió con Jaume Matas y su «hágase». Antich se encontró con 500 millones de deuda que dejó Gabriel Cañellas y se fue dejando a Matas 858 millones a devolver. Llegó Matas y la legislatura de las grandes obras, del Palma Arena, del Palacio de Congresos, del metro y del soterramiento del tren, entre otras. Y la deuda se duplicó. Todo ello implicó que esos 858 millones se convirtieron en 1.759 a finales de su mandato. La herencia recibida a la que tanto se refería Bauzá en su legislatura comenzó, de hecho, con Matas. Cinco años después de su marcha, con José Ramón Bauzá al frente del Govern, el Ejecutivo aún arrastraba pagos pendientes por valor de casi 2.500 millones de euros.

Matas dobló la deuda que le dejó Antich en el primer momento y, en el segundo mandato, Antich dobló la deuda de Matas. Fueron los años del estallido de la crisis inmobiliaria y el Govern tuvo que recurrir a los bancos y los llamados ‘bonos patrióticos’ para conseguir liquidez. ¿El resultado? Cerró legislatura con casi 4.500 millones pendientes de pago.

Es lo que se encontró Bauzá cuando llegó: una deuda insostenible y miles de facturas en los cajones sin pagar. Bauzá soportó lo que probablemente han sido los años más duros de la Comunitat en materia financiera y parte de la solución se encontró en Madrid. En su mandato se puso en marcha el mecanismo por el que el Gobierno central comenzó a prestar dinero a las comunidades, ese dinero que ahora se propone condonar. Las finanzas de la comunidad estuvieron a punto de ser intervenida y la deuda siguió en ascenso.

Esta tendencia se mantuvo muy moderada en el primer mandato de Francina Armengol y comenzó a cambiar en el segundo, cuando el endeudamiento empezó a bajar en términos absolutos y relativos. Marga Prohens ha hecho lo mismo en su primer año, con el añadido de que la disminución ha sido la más alta de todos estos años.