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A lo largo de 2024, los hospitales públicos de las Islas realizaron un total de 44.361 mamografías. De ellas, 26.996 se realizaron a mujeres incluidas dentro del programa de cribado de cáncer de mama, lo que supone una media de 2.250 pruebas al mes.

El resto, 14.365 mamografías, unas 1.197 mensuales, son solicitadas por los profesionales sanitarios ante signos más evidentes y diagnósticos ya confirmados.

Desde el Servei de Salut, explican que las pruebas de screening que se realizan para el programa de cribado que permite la detección precoz de la enfermedad, no presentan lista de espera porque se realizan en jornada extraordinaria, en horario de tarde, y las agendas se van configurando a medida que desde Salut Pública van citando a las mujeres incluidas en el programa de cribado de cáncer de mama.

Reconocen, no obstante que aunque tengan una agenda propia, desde el programa de cribado de cáncer de mama, las citas se tienen que ir adaptando a la disponibilidad de los mamógrafos de los hospitales de Baleares.

En este sentido, Elena Esteban, directora de Salut Pública, adelantó a este periódico hace unos días que barajan la posibilidad de solicitar al Servei de Salut que abra agendas la realización de estas pruebas también durante los fines de semana, con el fin de agilizar los tiempos y mejorar las coberturas del programa. Con ello atribuía que parte de los resultados obtenidos con el programa tenían que ver con la necesidad de aumentar la actividad en los centros sanitarios.

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De momento, desde IB-Salut no han querido confirmar ni descartar la posibilidad de aumentar la actividad extraordinaria durante el fin de semana para impulsar este programa de detección precoz.

Cabe recordar que desde Salut se ha reconocido que la cobertura no alcanza el 60 % de la población diana y que, además, tienen a 4.000 mujeres que han cumplido los 50 años entre 2021 y 2024 sin identificar aún y por tanto sin acceso al programa de cribado.

Se supera con ello el 43 % de mujeres candidatas que se quedan sin realizar esta prueba de control.

Se trata de un programa para mujeres de entre 50 y 69 años que, mediante la realización de una mamografía cada dos años, permite detectar precozmente el cáncer de mama, el más frecuente en mujeres y, por tanto, mejorar la supervivencia adelantando los tratamientos.

Cada año, entre un 3 y un 5 % de las mujeres que se someten a estas pruebas de cribado presentan lesiones sospechosas y son derivadas para una tercera lectura que confirme si son malignas.

Teniendo en cuenta estos porcentajes, entre todas las mujeres que no reciben la invitación para participar y no se realizan la mamografía de control, podría haber entre 2.000 y 3.300 lesiones sospechosas sin detectar.