Julio César Lalama: «Necesitamos que los ecuatorianos de Baleares conecten con el país»

¿Cuántos ciudadanos ecuatorianos hay en Baleares?
Es una buena pregunta. Según las estadísticas de las Islas, alrededor de 25.000. Esta es la parte que tienen ellos. Nosotros calculamos que son algo más de 30.000. Especialmente en Palma, creemos que es donde está el 70 por ciento. Algunos llegaron a principios de los 2.000. Mucha gente lleva desde principios de siglo. Hay ya segunda y hasta tercera generación. Empadronados tenemos 6.831 personas. De las cuales 2.888 son hombres y el 56 por ciento son mujeres.

¿Son esos los que podrán votar?
Tiene que estar hecho el cambio de domicilio electoral en Ecuador, que coste que residen en España y que estén empadronados, es decir, inscritos en el censo. Tenemos estos votantes, ha aumentado como 200 adicionales de las últimas elecciones en abril del año pasado, fue un referéndum. En estas elecciones se elige el binomio presidencial, los asambleístas nacionales, se eligen quince por el exterior, que, en el caso de Europa son dos y los representantes para el Parlamento Andino.

¿Es obligatorio el voto en Ecuador?
Es obligatorio solo en el territorio. Fuera se ha hecho el esfuerzo para que puedan votar, pero no implica que sea obligatorio. En Ecuador, la edad mínima son 16 años con permiso paterno. En el interior sí es obligatorio el certificado de votación y, vivas o no en el exterior, es un documento que se exige en algunas entidades. Lo que hay que hacer es gestionarlo nada más llegar de vuelta a Ecuador para tener las exenciones.

¿Los residentes en las Islas aún se pueden inscribir?
No, el censo está cerrado en mayo. Si viene alguien hoy día entrará en vigor en 2026.

¿Cómo será el voto en Balears?
Hay un recinto electoral único en s'Escorxador, tenemos apoyo policial, hemos hecho la parte logística con terceros: comida para los miembros de junta, participación de Cruz Roja... El centro estará abierto de nueve a siete de la tarde para los votantes.

¿Y por correo?
No está habilitado el voto por correo, en el exterior solo es presencial. Los resultados se trasmiten por ese equipo (señala a una especie de fax), está hecho solo para las elecciones. Ya llevamos el segundo simulacro oficial y una revisión técnica, en remoto. Tendremos nueve mesas, que se dividen por género: cinco femeninas y cuatro masculinas. En cada mesa hay cuatro delegados con nombramiento del CNE, escogidos aleatoriamente entre los residentes.

No es muy alta la participación, ¿no?
Nos interesa que lo sea más. El ecuatoriano es ecuatoriano donde está. Necesitamos que ellos se conecten con la realidad del país, con las necesidades y el futuro que esperamos. En ese orden de ideas, por ese interés aspiramos que hagan uso de su derecho. Primero, informándose. Deben traer cédula de identidad para votar y la otra cosa que requiere es que busquen un espacio de tiempo que haga que no se agrupen en el mismo momento dado.

¿Cómo percibe a la comunidad ecuatoriana en Baleares?
Hay gente que ya tiene hasta nietos aquí, algunos han vuelto a emigrar desde la Península a Baleares. Es un proceso duro, el migratorio que se inicia por calidad de vida y razones adicionales, pero siempre están conectados con el territorio al que pertenecen. Se lo trasmiten a esa nueva generación aunque nunca haya viajado a Ecuador.

¿Qué problemas le trasladan?
El más habitual tiene que ver con la homologación de estudios. No logran entender bien los procesos. Otro tema es el canje de licencias de conducir, hay algunos casos en los que no entra y les animo a que se apunten a una autoescuela.

¿Qué actividades desarrolla la colonia?
En especial en hostelería, cuidado de personas, en el área de construcción, limpieza. Esas en especial. Hay gente que ha logrado entrar en otras: tenemos médicos acá, abogados, empresarios. Depende mucho de haber conseguido la homologación del título o no y haber renunciado a ella. Hay un proceso de aceptación en los que no lo han logrado.