En la imagen, fechada en los años noventa, aparece un joven Bartolomé Albons Monserrat detenido y custodiado por la Policía Nacional, a su llegada a los juzgados de Palma, en Vía Alemania . En aquella época era considerado el gran confidente de un coronel y un sargento de la Guardia Civil.

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El recién nombrado presidente de la Asociación de Navegantes de Mallorca, Bartolomé Albons Monserrat, fue un histórico narcotraficante y confidente de la Guardia Civil, muy conocido en los años 80 y 90. Fue detenido y procesado en numerosas ocasiones relacionado con desembarcos de drogas y pasó largas temporadas en prisión. Ahora, a los 68 años, Albons se ha convertido en un regatista de alto nivel y se ha hecho con las riendas de la asociación: «Ya estoy rehabilitado, todo aquello es el pasado», explicó ayer a Ultima Hora.

Hace treinta y cinco años, los jueces Carlos Bueren y Baltasar Garzón, que después salieron de la carrera judicial, eran los magistrados estrella de la Audiencia Nacional en la lucha contra el tráfico de estupefacientes en España. Y en la mayoría de sus mediáticos sumarios aparecía casi siempre el nombre del mallorquín.

Albons era un navegante extraordinario, que también tenía amplios conocimiento de joyería y que había montado una en Son Rapinya. De hecho, el 16 de marzo de 1993 Bueren ordenó su detención acusado de los delitos de tráfico de drogas y de esmeraldas, así como de protección de un mafioso italiano afincado en Palma y de la entrada de dólares falsos en Mallorca.

En las hemerotecas, la historia de Albons está también directamente ligada al citado capo mafioso italiano Emilio Di Giovanni, que era investigado porque se tenían evidencias de que dirigía una red que, durante años, introdujo en España cientos de miles de toneladas de hachís procedente de Marruecos. La droga era después distribuida por España, Holanda e Italia.

Al saberse buscado `Gino' -como era conocido- decidió desplazarse a Palma para tratar de pasar inadvertido. A principios de 1992 alquiló un piso en el Passeig Mallorca, cerca de la plaza Jinetes de Alcalá, donde estuvo residiendo con su novia, Valeria Urba, y un hijo de ambos, que entonces tenía dos años de edad. El juez Garzón envió a una unidad benemérita a detenerlo, pero alguien le dio un chivatazo y el mafioso se esfumó, con su familia.

Albons, en una fotografía reciente.

Se refugió en Portugal, en concreto en El Algarve. Finalmente fue detenido allí y fue juzgado en ese país, en julio de 1995, y condenado a 16 años de cárcel. Durante el juicio, Giovanni declaró que años antes había estado en Mallorca, donde creó una empresa para falsificar relojes de lujo de la marca `Rolex'.

Al mafioso se le preguntó por la identidad de alguna persona de la Isla que hubiera estado relacionada con él y dijo textualmente: «Me asocié con un funcionario de la aduana de la ciudad (Palma), de nombre Bartolomeo, especialista en la valoración de piedras preciosas confiscadas a contrabandistas».

Albons negó de forma categórica que hubiera ayudado al capo: «Yo siempre doy la cara, y los marrones míos me los como, pero le aseguro que en ese caso de Giovanni sólo le di una mano con el piso que alquiló. Le conocía porque tenía una fábrica de joyas en su país y yo soy gemólogo. Nada más. Esa es la verdad».

El mallorquín reconoció que hasta el año 1995 se dedicó al narcotráfico y que era confidente de la Guardia Civil. Fue la época del UCIFA, el polémico grupo antidroga de la Guardia Civil que fue desmantelado porque estaba corrupto. En ese año Albons fue encarcelado en Holanda, donde pasó 18 meses, y su vida cambió para siempre: «Encontré a Jesucristo y abracé la fe. Leí el Nuevo Testamento y la Biblia.

Desde ese momento no volví a delinquir». Albons considera injusto que se le recuerde continuamente su pasado: «Se puede hacer una idea de lo que cuesta rehabilitarse. Limpiar el pasado es muy duro y laborioso. Y caro. Pero yo he pasado página. Ya no soy esa persona que se puede ver en las hemerotecas de los años 80 y 90. El sacrificio personal y familiar ha sido brutal. Ahora llevo una vida honrada y en el año 2000 me indultaron. Le digo algo que es una gran vedad: la fe cambia vidas. ¿Quién me iba a decir que a mi edad iba a ser subcampeón de España en regatas?».

Por último, Albons contó a este periódico que lo iba a dar «todo» por la asociación que preside y que tenía grandes proyectos in mente: «La defensa de los eventos de navegación, ahora estamos en la Taula Nàutica del Govern, crear una bolsa de tripulantes, armadores y propietarios de barcos y tratar que los navegantes se impliquen, esos son algunos de mis objetivos».

El regatista mallorquín también competirá en el mundial de Italia en septiembre y está considerado, en su categoría, uno de los mejores regatistas en ILCA 6 (antigua modalidad Láser). «Me he reconstruido y estoy muy orgulloso. La fe me ha ayudado muchísimo en este camino largo y duro».