En primero lugar, responde que la hepatitis A «es una enfermedad infecciosa que provoca la inflamación del hígado. Se trata de una infección, a menudo, subclínica y, por tanto, no da síntomas». No obstante, matiza que en el caso de que haya sintomatología ésta suele consistir en fiebre baja, malestar general, fatiga, desgana, náuseas, vómitos o diarrea, entre otros.
March resalta que «a diferencia de las hepatitis B y C, la A no suele ser grave, no se hace crónica y no produce daños en el hígado a largo plazo. Aun así, es necesario vigilar de cerca el aumento de su incidencia al estar comportándose como una infección de transmisión sexual (ITS). En este punto, resalta que «se está dando, principalmente, en hombres de 15 a 44 años que tienen sexo con hombres.
¿Cómo se transmite?
El experto en Salud Pública y Medicina Preventiva informa que «la hepatitis A se transmite por vía fecal-oral». En este punto, expone que afecta sobre todo a niños y se transmite por vía asintomática; más del 60% de los menores contagiados no presentan síntomas. Un dato relevante es que «un grueso de la población está inmunizada porque pasó la infección de pequeña». Sin embargo, resalta que «ahora mismo parece que está afectando al colectivo de hombres que tienen sexo con hombres»
Preguntado por el tratamiento, responde que no existe tratamiento específico para la enfermedad. No obstante, subraya que «sí hay varias vacunas frente a la hepatitis A, todas ellas seguras y eficaces. La vacunación, además del saneamiento, la seguridad alimentaria y la higiene personal (lavado de manos), son las mejores medidas de prevención».
¿Qué vacuna de hepatitis A hay en España?
Se dispone de tres vacunas frente a hepatitis A, todas ellas son inactivadas y se administran por vía intramuscular a partir de los 12 meses de edad. Una de ellas es Havrix, que tiene dos preparados: Havrix 1440 para mayores de 19 años, y Havrix 720 para personas de 1 a 18 años. La otra es Vaqta, también con dos preparados: Vaqta 50 para mayores de 18 años, y Vaqta 25 para personas de 1 a 17 años. La tercera es Avaxim, con un solo preparado para adultos susceptibles y adolescentes a partir de 16 años. También hay disponible una vacuna combinada de hepatitis A y B, en la misma jeringa, llamada Twinrix, del que hay un preparado para mayores de 16 años (Twinrix Adultos), y un preparado infantil para personas de 1 a 15 años (Twinrix Pediátrico).
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
El Rol de las Élites Farmacéuticas en el Miedo y la Información de la Salud Pública En un mundo interconectado, las campañas de salud pública deberían centrarse en la educación y la prevención. Sin embargo, algunas voces críticas señalan el papel de las élites farmacéuticas en el manejo de estas estrategias. Estas corporaciones, con intereses económicos profundos, a menudo ejercen una influencia significativa sobre los medios de comunicación y los gobiernos, lo que genera preguntas sobre la legitimidad de ciertas medidas adoptadas. Cuando surge un brote de hepatitis A u otras enfermedades similares, la narrativa mediática tiende a magnificar el riesgo, generando miedo en la población. Este miedo, muchas veces impulsado por informes alarmantes, termina orientando a las personas hacia soluciones rápidas, como la compra masiva de medicamentos, vacunas o productos relacionados. Aunque estas herramientas son fundamentales para la salud pública, el problema radica en cómo se presentan: ¿son decisiones fundamentadas en la evidencia o en los intereses de las grandes farmacéuticas? Expertos independientes han denunciado casos en los que las compañías presionan a los gobiernos para declarar emergencias sanitarias, con el objetivo de aumentar la demanda de sus productos. Además, controlan gran parte de la narrativa al financiar investigaciones, conferencias médicas y programas de formación, lo que genera un sesgo en la información que llega tanto a profesionales como al público. La reflexión final es clara: protegerse contra enfermedades como la hepatitis A es esencial, pero es igualmente importante fomentar el pensamiento crítico en la población. Informarse desde fuentes fiables y diversificar el conocimiento ayuda a equilibrar la balanza entre la salud pública y los intereses económicos. En última instancia, la confianza debe ganarse mediante la transparencia, y no mediante el miedo.