Los pisos del edificio okupa de es Viver se vendieron hace dos años y ahora salen de nuevo al mercado por el doble de precio.

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El antiguo edificio okupa de es Viver se convertirá en 23 pisos de dos y tres habitaciones con un precio de salida de a partir de 581.800 euros, llegando a vender por más de 800.000 euros un ático, cuando hace dos años el precio máximo que se ofrecía por este mismo ático era de algo más de 400.000 euros. Así lo han relatado afectados que se ha puesto en contacto con Periódico de Ibiza y Formentera al ver publicada la noticia en este rotativo de que salían a la venta y a quienes les resolvieron el contrato de compraventa que suscribieron en 2022 alegando la promotora que los precios de los materiales habían subido mucho y que, por tanto, se veían «obligados a desistir» de los contratos depósito. «Por la presente le comunicamos que, como consecuencia del importante e inesperado incremento de los costes de construcción que se ha producido como consecuencia del cambio de contexto económico, Julesmo [dueña del solar] se ve obligada a desistir del Contrato de Depósito que había suscrito con usted», se puede leer en uno de los burofaxes que recibió un comprador afectado y al cual ha tenido acceso este rotativo.

Los inicios

A principios de 2022, una de las personas que se ha puesto en contacto con este rotativo para denunciar esta situación estaba buscando casa para comprar en Ibiza y encontró una nueva promoción que iba a realizarse en el mencionado solar de la calle Cosme Vidal Llàcer,8, esquina con la calle Jacint Aquenza de Vila bajo la denominación de ‘Sa Brisa de es Vive’. En ese momento, la comercializadora era Altamira y las ventas se llevaban a cabo por la inmobiliaria Cecilio. En el momento de la firma del contrato, en el que se identificaba y había conformidad en el precio y el objeto, había que abonar la cantidad de 3.000 euros, cantidad que esta persona abonó. Además, preveía que en el plazo de un año habría que firmar el contrato privado de compraventa abonando un 10% del precio más IVA, lo que tendría lugar en julio de 2023 y, a partir de ahí, habría que pagar 24 cuotas mensuales hasta julio de 2025 fecha en que se otorgaría la escritura pública de compraventa. El contrato preveía también que si desistían los compradores perdían 1.500 euros y que si desistía el vendedor devolvería los 3.000 euros más 1.500 euros de penalización. De la promoción de 23 viviendas se celebraron estos contratos respecto de 18 viviendas, según explica la persona que se ha puesto en contacto con este rotativo. Esta persona se compró un ático dúplex por 464.300 euros más IVA, «el más caro de la promoción», con dos plazas de aparcamiento y un trastero. Según explica, la promotora «utilizó para obtener la correspondiente financiación para la ejecución de la obra a través del correspondiente préstamo a promotor para lo que necesitaba tener vendidas la gran mayoría de las viviendas. Sin estos contratos, no habría obtenido dicha financiación».

En junio de año pasado, les emplazan a hacer los controles de blanqueo de capital, que están todos correctos, por lo que se debía proceder a la firma de los contratos de compraventa en julio de 2023, algo que finalmente no sucedió. «No se nos llama a firmar en julio de 2023, aduciendo todo tipo de excusas que se extienden hasta abril de 2024», explica.

La resolución

Es precisamente en abril de este año cuando reciben un burofax «en el que se nos dice que como han subido los precios de los materiales por circunstancias varias no les sale a cuenta construir y que, por tanto, desisten del contrato, instándonos a ponernos en contacto con un representante de la nueva comercializadora, entonces ya Absolum que había sustituido a Altamira, para recuperar los 3.000 euros abonados más los 1.500 euros de penalización previstos en el contrato». En ese momento, los propietarios se ponen en contacto con la nueva comercializadora, que les dice que para devolverles el dinero deben firmar un documento «en el que se indica expresamente que la resolución del contrato es de común acuerdo entre las partes y que renunciamos a cualquier reclamación futura respecto de la vivienda adquirida». Los propietarios empiezan a sospechar de manera seria sobre las intenciones reales sobre este solar ya que afirman que «pretendían dar por resuelto el contrato como si fuera de común acuerdo para, acto seguido, construir y sacarlos a la venta a precios muy superiores sin que pudiéramos reclamar nada al haber suscrito una renuncia a cualquier derecho sobre el inmueble», según explica este denunciante.

La estrategia

Según afirma esta persona, muchos de los propietarios que habían comprado llegaron a firmar ese documento, recibieron los 3.000 euros que dieron en su momento más otros 1.500 euros y se buscaron otra vivienda. «Fueron listos, porque el tiempo pasaba y durante todo este tiempo todo se había incrementado y habíamos perdido muchas oportunidades», explica. Sin embargo, seis propietarios se negaron a suscribir dicho documento, hecho que propició que la nueva comercializadora «procediera a consignar los importes en la notaría enviando un burofax diciéndonos que allí estaba el dinero y que si queríamos lo cogiéramos. Cogimos el dinero en la notaria comunicándoles que ello no suponía aceptar el desistimiento y que si construían finalmente las viviendas y las vendían ejercitaríamos las acciones oportunas», advirtieron en su momento.

La nueva comercializadora se puso en contacto con esta persona que compró hace dos años el ático dúplex por 464.300 euros más IVA en esta zona de Ibiza para ofrecerle ahora la misma vivienda que en 2022 por 877.000 euros, más IVA. «Los mandé a paseo y, desde entonces, nos enviamos burofaxes previos a interponer la demanda en la que solicitaré que se cumpla el contrato que celebramos en sus justos términos (objeto y precio), con anotación preventiva de la demanda sobre la finca o, subsidiariamente, que se les condene a abonarme la diferencia entre el precio por el que compre la vivienda y el precio al que están vendiendo mi vivienda haciendo riqueza gracias a mí», concluye esta persona afectada.

El apunte

Polémica con la licencia

La nueva promoción ‘Anahata Ibiza Home’s se comercializa ahora por Basico Homes a través de la inmobiliaria Lucas Fox, según explica la persona que ha entrado en contacto con este rotativo. Según explica uno de los denunciantes, esta promoción se está ejecutando «con la misma licencia de obras y con el mismo proyecto de ejecución que la promoción ‘Sa Brisa de es Vive’». En este sentido, la licencia de obras «se concedió mediante resolución de fecha 18 de mayo de 2023 número 2023-4648, dictada en el expediente de licencia urbanística 47/2023, G-14297/2022. Sin embargo, a pesar de tener la licencia en esa fecha, casualmente justo antes de la modificación del PGOU que tuvo lugar en julio de 2023, no se iniciaron las obras en el plazo de seis meses», según explica esta persona. Por tanto, conforme a lo previsto por el artículo 154.6 de la Ley 12/2017, de 29 de diciembre, de Urbanismo de Baleares «dicha licencia de obras se encuentra caducada, caducidad que debe declararse de oficio por el Ayuntamiento o forzarse a instancia de parte». Esta persona relata que el Ayuntamiento no ha declarado la caducidad de la licencia, «habiendo permitido que con una licencia caducada, concedida conforme al PGOU anterior, se haya iniciado la construcción». Si se hubiera caducado la licencia, los promotores tendrían que haber solicitado una nueva licencia de obras en base al nuevo PGOU aprobado el pasado 13 de julio de 2023, que prevé en su artículo 162.1 la necesidad de reservar al menos un 30% de la edificabilidad de uso residencial para viviendas sujetas al régimen de protección pública. Esta obligación ha sido «eludida por la promotora al estar ejecutando la obra con una licencia de obras que debería haber sido caducada de oficio por el Ayuntamiento por no haber empezado las obras en el plazo de seis meses desde su concesión». En este sentido, los propietarios afectados han instado a Vila a que proceda a la caducidad de esta licencia.