El hombre, de 84 años, disparó a uno de los dos ladrones que entró a robar en su casa de Porreres «con la finalidad de salvar su vida y la de su exmujer». Mauricio Escobar, de 25 años, falleció a consecuencia del disparo. Así lo ha considerado probado por unanimidad el jurado popular que exculpó del homicidio al octogenario, este jueves por la tarde en la Audiencia de Palma.
Pau Rigo empuñó a la altura de la cintura una escopeta de caza de dos cañones superpuestos y disparó al abdomen de Mauricio Escobar para «repeler la brutal agresión que estaban sufriendo». Utilizó, según declaró probado el tribunal popular, «el único medio defensivo del que disponía en ese momento».
El anciano no tenía intención de matar. Disparó al bulto, sin apuntar.
–Señor Pau Rigo Llaneras, el veredicto frente a usted ha sido no culpable y he de adelantarle la sentencia que será de absolución del delito de homicidio por el que venía acusado– anunció la presidenta del jurado popular, Rocío Martín, que disolvió el tribunal tras la lectura del veredicto.
«En este momento cesan ustedes en la función de jurado que han desempeñado estas semanas. Les agradezco enormemente la atención que han prestado y el esfuerzo que han realizado. Pueden volver a sus vidas».
Pau Rigo Llaneras lloró y al salir de la sala de la Sección Primera de la Audiencia de Palma se abrazó a sus sobrinos, Pep y Joana, que le acompañaron en la lectura del veredicto. Su hijo Guiem le esperaba en el patio y también abrazó a su padre, apoyado sobre un bastón, tras tener conocimiento de que el jurado popular lo había exculpado tras secundar la tesis de los abogados de la defensa, Eduardo Valdivia Santandreu y su hijo, Eduardo Valdivia Font.
El jurado declaró culpable del asalto a Fredy Escobar, hermano gemelo del fallecido, y a Marcos Rotger y José Antonio Sánchez, conocido como ‘Pep Merda’, que acompañaron en coche a los ladrones hasta la finca de Pau Rigo.
El tribunal también consideró culpable a Fredy de un delito de lesiones porque golpeó a Pau Rigo con una pata de cabra y no lo hizo en legítima defensa. La fiscal reclama una condena de seis años de cárcel para Fredy y tres para Marcos Rotger y ‘Pep Merda’.
El pasado 7 de noviembre, cuando Pau Rigo llegó al segundo juicio después de que el Tribunal Superior de Justicia ordenara la repetición del primero por los errores en el veredicto, un músico callejero interpretaba la canción My way, de Frank Sinatra. Este miércoles a las ocho de la tarde, cuando el octogenario salía de la puerta de la Audiencia, volvió a sonar la misma canción:
The record shows
I took the blows
And did it my way
Yes, it was my way
[Mi historia muestra
Que asumí los golpes
Y lo hice a mi manera
Sí, fue a mi manera].
137 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Maravilloso!!! Esta sentencia nos autoriza a defendernos en caso de asalto a nuestra morada si nos vemos en peligro nosotros o nuestros familiares,como debe ser, 4 o 5 casos más como este y los delincuentes empezarán a pensárselo antes de asaltarnos.
Enhorabona Pau
Avui estic content perquè la justícia ha funcionat. Just em sap greu les penalitats que ha hagut de passar el Sr. Rigo que era innocent.
Enhorabuena don Pablo. En este momento ni siquiera tendríamos que hablar del tema, porque desde el primer instante ha sido inocente.
BerbenatorReza para que el karma no actúe contra los memos
Maravillosa noticia, a pesar de la insistencia de la fiscalía en condenarlo. Me alegro por Pau!
Matar sale barato. Ojalá el karma actúe.
Este proceso lo ha propiciado una legislación penal, una doctrina y una jurisprudencia sobre la legítima defensa absolutamente caducas e inadaptadas a la criminalidad contemporánea. Pero no se preocupen, los actuales legisladores continuarán sesteando en esta cuestión y otras como la okupación, la inquiokupación, el asalto de fronteras, el deslucimiento de vías publicas, los que se dedican al hurto continuado por menos 300 euros, etc, etc.
MarA ver si cambian las leyes, esto debería crear jurisprudencia.
gran dia , gran notícia , por fin una decisión de justicia justa