Han pasado 30 años desde su primera intervención. A los pocos meses, Marta Prats –la mujer de la llamada– y Enrique de las Heras se convirtieron en Estrellita Vitaminas y en Dr. Carabassí. Entre los tres, formaron el primer equipo de payasos. «Aprendimos a ser payasos de hospital viendo vídeos de compañeros de Sonrisa Médica en Francia (pioneros en el mundo), del Institut Gustave Roussy. De hecho, fuimos a visitarlos en alguna ocasión para saber cómo trabajaban», recuerda.
Con los años, Sonrisa Médica, el proyecto que fundó Miquel Borràs en Palma, se consolidó, aunque no todos veían al payaso de hospital como algo bueno: «Recuerdo a una doctora que nos miraba por encima del hombro por lo que hacíamos. Sin embargo, su hija se puso enferma y desde ahí se disculpó y nos dijo que ahora entendía nuestro trabajo».
Lo más duro
Hay momentos que no hacen falta describir, como las numerosas despedidas a las que se ha enfrentado Aspirino en sus 30 años como payaso de hospital. Pero sí quiere mencionar uno en especial, que fue la muerte de Laura, la hija del fundador de Sonrisa Médica, Miquel Borràs. Una noticia que conmocionó a todo el equipo y a Son Dureta. Por eso, Camil, o Enfermero Aspirino, o Aspirino a secas, es consciente de la importancia de la formación para estos artistas.
Detrás de una mala noticia, tiene claro que la medicina más eficaz es la sonrisa. «En los hospitales se debería reír. A día de hoy, hay estudios que determinan que la risa favorece las endorfinas y el sistema inmunológico», y cree que «nos encontramos a niños en fase terminal, con morfina en sangre, llenos de irritabilidad. Nosotros, los payasos, éramos los que podíamos mitigar el dolor durante un rato», defiende. Camil considera que «este era mi destino: ser payaso. Si alguno quiere crecimiento personal, que se dedique a esto, pues es una lección de vida».
Su espíritu servicial le ha acompañado durante toda su vida. Aspirino quería ser músico, luego poeta, actor y finalmente ese quedó de payaso. En Mallorca, fundó, junto a su mujer, la compañía de teatro Dada Gugu, que todavía sigue en marcha y hacen teatro.
A día de hoy, Sonrisa Médica cuenta con 25 payasos que actúan en todos los hospitales, y algunos centros residenciales, de Baleares. Estos profesionales artísticos visitan en una jornada alrededor de 50 niños hospitalizados. En una semana, un payaso realiza entre dos y tres intervenciones. Aparte, la entidad forma mensualmente en diversas disciplinas, como música, sanidad o prevención de riesgos, y cuentan con sesiones psicológicas.
5 comentarios
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Hace años que doy conciertos de musica variada en Santa Rita y hace poco en Santa Dora. Me emociono cuando al termino vienen a felicitarme, darme las gracias y hasta abrazos y besos, eso no tiene precio. Cada uno de nosotros hemos de ayudar a nuestros semejantes de la manera y forma que sea, la musica es mi forma de hacer caridad. Enhorabuena a esas personas maravillosas que hacen reír y pasar un tiempo feliz, viendo a esos payasos llenos de amor y caridad, buscamos un mundo mejor, con mas amor al prójimo
Enhorabuena por tener ese corazón, para mí es impagable haber visto la sonrisa de mi padre ingresado hace 15 años en Son Dureta cuando entraron los Reyes Magos en su habitación, y la sonrisa de mi madre ingresada en el Mateu Orfila hace 5 años cuando entraron los payasos. Es un bálsamo para los pacientes y para los familiares. Muchísimas gracias.
Moltes moltes gràcies per sa difícil i preciosa feina de fer riure, distreure, mitigar es nervis i es dolor que moltes vegades va lligat a visitar un hospital.
No atureu, quina gran feina que feis, sou fantàstics, moltes gràcies.
Enhorabona i moltes gràcies per aquesta maravellosa tasca.