Turclub, la Mallorca turística y distópica que Llorenç Villalonga profetizó en 1973, es un hecho 27 años antes de lo que pensó el escritor. ¿En qué acertó?
— Fue un visionario porque entonces ya predijo que seríamos un parque temático destinado a dar placer y contentar a los visitantes. Vivimos en la época de las distopías hechas realidad. La fotografía de la portada del libro, hecha por Lorenzo Frau en 1983, ilustra la actitud servil que hemos tenido desde el ‘boom' y que nos ha convertido en figuras de belén. Esto ha ido en contra de nuestra autoestima, hasta el punto de que el turismo vive a costa de nosotros, y no al revés, por todos los costes que implica.
¿Qué ha aprendido tras radiografiar el pasado y el presente turístico de Balears?
— El punto de partida fue la pintada en Palma de Tourists go home, en 2018. Abrió el debate sobre el modelo y dejó de ser un pecado criticar el maná turístico. Entonces me propuse hacer diez reportajes sobre de dónde veníamos y dónde hemos acabado, pero a medida que investigaba vi que esto era una mina de temas. Por ello, he hablado con investigadores y testimonios directos de la época. Cuento pequeñas grandes historias, como los dromedarios del Arenal, el mundo de los músicos de hoteles, los guías hoteles y las condiciones infrahumanas de los trabajadores peninsulares. La cara oculta del turismo. No quiero hacer apología de la turismofobia, también me interesa la parte positiva del sector, que convirtió Balears en una de las zonas más cosmopolitas.
¿El modelo solo cambiará tras un desastre económico mayor y más duradero que la pandemia?
— Parece que será una decisión de fuerza mayor, como el cambio climático, la que obligue a reformarlo. El tema tabú es que hay demasiada gente y ningún partido quiere tener el triste honor de sacrificar empleos. Esto era la tierra prometida en los sesenta, y se pensaba que era algo ilimitado. Entonces mucha gente podía hacer dinero, pero ahora no está garantizado desde el momento en que hay dificultades para pagar un alquiler o comprar una casa. Eivissa es la que más pena me da porque ha sufrido todavía más la despersonalización, se ha arrasado con la cultura y la lengua. Es el Miami del Mediterráneo. También lamento que se abandonaran otras industrias.
Habla de memoria histórica, algo inseparable de la industria turística balear. ¿La imposibilidad de haber hablado de ello hasta hace tan poco ha dificultado la reforma del modelo económico?
— El turismo fue usado por la dictadura como cortina de humo para tapar las miserias de la Guerra Civil y la posguerra. Se apostó por el sol y playa y Balears fue un laboratorio. Con la democracia continuaron los mismos tics corruptos; apareció la nueva casta de los hoteleros que, en el primer Pacte de Progrés, se quisieron reivindicar. Hasta ahora no había habido debate porque la sensación era que no había alternativa, que solo podíamos vivir del turismo.
¿Se resta responsabilidad a los ciudadanos sobre el devenir turístico en las Islas?
—Si tienes una casa y un extranjero te da el doble que un mallorquín, es normal aceptarlo, es la condición humana. Aun así, las instituciones tendrían que regular todo esto. Mira dónde nos ha llevado el libre mercado, la gente no puede vivir aquí, esto es un decorado. Balears en una postal que esconde el drama de los autóctonos que padecen las consecuencias de vivir en el paraíso. Si Robert Graves levantara la cabeza y viera en lo que se ha convertido, diría: «Tapa, tapa».
¿Cómo ha evolucionado el hecho de viajar?
— Antes, era algo elitista, pero hemos pasado al otro extremo: el de consumir. Este año ya he ido a París, Roma y Milán, piensan muchos. No buscan ver y conocer, sino el ‘next' para presumir y restregar su felicidad en las redes sociales. Echo de menos viajar antes de internet. Ahora puedes estar físicamente en Berlín, pero mentalmente en Mallorca. Comunicamos por encima de nuestras posibilidades. Me sabe mal tener un discurso catastrofista, es decir, realista.
47 comentarios
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De verdad, de vobsiderarme una priviilegiada por haber nacido aquí, ahora me muero de miedo y de pena por mi futuro, el de mi isla y el de mi hija. Todo para que se forren unos cuantos.
@daniel gaya , lamentablemente, nuestros hijos se marchan a estudiar fuera y YA no vuelven porque el turismo NO LES OFRECE OPORTUNIDADES NI TRABAJO DIGNO. Lo que estamos haciendo es dar, mayoritariamente, trabajo a temporeros que vienen de otras comunidades a las que se llevan lo ganado y beneficios a empresarios foráneos. Los residentes tenemos una pobre economía de subsistencia con la que tenemos que soportar las consecuencias de este sector; falta de agua potable, generación de residuos, vivienda impagable, precios desbordados, etc.... No hay nada imposible todo depende de las ganas de cambiar. Como muy bien dice este profesor, ningún grupo político quiere liderar esta lucha por la diversificación, ya que, el lobby hotelero es muy fuerte y da muchos votos. Esto nos está llevando al precipicio, cuando seamos un destino más sin nada diferente que ofrecer, donde no tengamos agua, nuestros servicios sean extremadamente caros, etc. las inversiones se irán a otro lado y nos quedaremos en un "paraíso" destruido.
Alfa 7Lamento disentir... Tu vives de tu trabajo, como todos. Que tu labor, en estos momentos, sea trabajar por/para/entre turistas no significa que les debas nada ni que les tengas que poner una alfombra roja. Tu haces un trabajo y cobras por ello ¡solo faltaría!
El importante gasto en carreteras, basuras, suministro de agua, hospitales, puertos y aeropuertos -todo necesariamente sobredimensionado- en relación a la realidad física del territorio y de la población estable ¿quien lo paga?: TODOS. El incremento de los precios (por ejemplo de la vivienda) y la baja calidad de los servicios derivada del hecho de que los visitantes pueden permitirse pagar -durante unos pocos días- precios abusivos e irreales ¿a quien perjudica?: A TODOS. Si esta situación genera algún tipo de beneficio… ¿Quienes son los beneficiados?: UNOS POCOS.
daniel gayaNO se puede decir ni mas alto, ni mas claro. Tiene usted toda la razón, no hay alternativa a pesar de los " creadores de opinión" que aparecen de vez en cuando en este periódico. ( Que me frían a negativos a mi también, el resultado final será el mismo).
daniel gayaDentro de una década, más o menos, la densidad de población en verano (5 meses) será tan insoportable que desde un satélite se vera que todas las carreteras de las islas estarán tan colapsadas que se llegará antes andando, van a morir ustedes de éxito, eso sí, con la vivienda más cara del reino, les compadezco.
¿Y cuál es la alternativa? De verdad, ¿cuál? Ese es el punto importante de verdad. ¿Industria? Señores vivimos en una isla, la logística es imposible. ¿Tecnología? Imposible a no ser que nos convirtamos en un paraíso fiscal, y eso sería una carrera a la baja. ¿Servicios financieros? Para eso ya está Madrid. ¿Agricultura? Es un sector totalmente automatizado, no genera suficiente empleo. Todo este charloteo de que el turismo es horrible está muy bien, y es verdad que genera efectos negativos, sobre todo en lo que es el acceso a la vivienda, pero señores, piensen con la cabeza, si no fuera por el turismo seríamos parte de la España vaciada, ustedes y sus familiares ya se hubiesen ido a Madrid, Barcelona, País Vasco, o quizás a Benidorm a trabajar en el sector turístico, mire usted que ironía. NO HAY ALTERNATIVA. Léanlo bien. NO HAY ALTERNATIVA. O vivimos del turismo, o la próxima generación se irá a la Península, así de fácil. Hace muchísimo tiempo que el govern podría haber empezado a construir viviendo subvencionada y de calidad en pueblos y alrededores de Palma, exclusiva para residentes. ¿Qué falta? Voluntad política y menos despilfarro. Con buena gestión se puede hacer que el turismo funcione para todos. Pero no se engañen, el turismo es la única carta que tenemos, así que o nos centramos en jugarla bien o perdemos. Desde luego los lamentos de un funcionario no nos acercan ni un paso a una Mallorca mejor. Ahora fríanme a votos negativos, pero a ver si alguien pone algún argumento sobre la mesa.
Quanta raó té aquest senyor!!
2023Hasta el 2000, el turismo no hizo ser ricos y poder tener todo antes y mejor que otros españoles. Gracias al turismo únicamente. Pero no sabemos gestionarlo …. Gasto publico, politicos nefastos o/y corruptos, exceso de funcionarios, despilfarro, falta de legislación, ausencia de alineamiento con el sector, ausencia de un plan estratégico profesional a 50 años, etc etc … ahora Mallorca es un lugar para ricos y buenos sueldos, y no todos los mallorquines están ahi … y eso es culpa sobre todo de las administraciones que hemos tenido, pero sobre todo de la ultima.
channelzeroPobres como ratas … de los mas pobres de España.