Maria Antònia Bautista y Joan Tugores, propietarios de Criadero Yaco.

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Desde que se hiciera público el borrador del proyecto de ley de protección y bieniestar animal, el sector de la venta de animales de compañía en Balears se ha mostrado «preocupado» por el impacto que acarreará para sus negocios. Uno de los puntos que más revuelo ha generado tiene que ver con el artículo 61, que señala la prohibición de comercializar con animales en las tiendas, así como su exhibición y exposición al público con fines comerciales, excluidos los peces. Si bien la venta directa de animales de compañía, como perros o gatos, apenas se practica en Mallorca, muchos empresarios aseguran mantener convenios con criadores.

Javier Gual, propietario de la tienda Tucán, arremete contra este anteproyecto y opina que «se debería estudiar este tema directamente con los técnicos y ver cuál es el problema con el abandono y sus condiciones, no englobarnos también a nosotros. Que se nos prohíba vender animales en tiendas porque es una compra por impulso, es mentira. Este porcentaje apenas alcanza el 1 %, y nosotros, como sector, somos los primeros interesados en ver que estos animales están bien cuidados. Por ejemplo, Tucán encarga a criadores los perros y gatos si un cliente solicita uno. «Somos conscientes que en esos espacios, estos animales están mejor que expuestos al público».

El anteproyecto también veta la venta de animales pequeños como roedores, reptiles o aves. El negocio de estas especies probablemente sea el más perjudicado en la Isla por la inexistencia de criadores directos. El único que hay está regentado por Joan Tugores y Maria Antònia Bautista. Son propietarios del Criadero Yaco, la única tienda de Balears con criadero propio de loros y demás aves. «¿Qué pasará con toda la gente que rodea a estos negocios si se aplica así la ley? Fábricas, trabajadores, criadores... A nosotros nos afecta al cien por cien y llevamos 34 años dedicados a este mundo».

Por su parte, el empresario Juan Guzmán asegura que «este anteproyecto beneficiaría mucho al mayorista y muy poco al pequeño comercio. En vez de quitarnos a nosotros la venta, deberían empezar por quitar la ilegal». En el caso de Margarita López, propietaria de una pajarería, la venta de estos pequeños animales representa la mitad de sus ingresos. Considera que no solo se verán afectados estos negocios, sino toda la cadena de trabajadores, desde el veterinario, el proveedor de alimentos o el criadero. «Así como está redactado, veo negro nuestro futuro».

Reacciones

«De prohibirse la venta de animales no solo en tiendas, sino en criaderos, sería un avance». El partido animalista PACMA aplaude una reivindicación de muchas asociaciones y protectoras a nivel estatal. Sin embargo, la noticia les llegó antes como borrador que no como anteproyecto. Desde el partido, la asesora jurídica Eva Ramos recuerda que este texto, todavía no aprobado, «puede sufrir modificaciones», y que el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 todavía debe abrir el plazo de audiencia e información pública, en el que se presentan las alegaciones.